Nadie puede dar por vencido al Levante

En menos de 72 horas el Levante ha demostrado dos veces de qué pasta está hecho. Si el viernes por la noche empató en el campo del Valencia en el minuto 97 y con un futbolista menos, ayer fue el Sevilla el que comprobó la fe granota. Los de Paco López se mostraban apagados después del doloroso gol de Luuk de Jong a los 30 segundos de la reanudación. El conjunto azulgrana parecía hundido. Incapaz de reaccionar. Sin embargo, los múltiples cambios funcionaron, especialmente la entrada en escena del impulsivo Hernani. La personalidad y la electricidad del portugués reflotaron al equipo, que halló el premio del empate sobre la bocina con una diana de Diego Carlos en propia puerta. Un valiosísimo punto, como el sumado en Mestalla, para amarrar la permanencia cuanto antes.

El estreno en el Estadi Olímpic Camilo Cano acabó dejando un buen sabor de boca. El Levante tomó el testigo del CF La Nucía, que en el primer año de vida del campo no ha conocido la derrota como local. Ayer, los granotas supieron sobreponerse a más de media hora de bloqueo para hacerse fuertes en su nueva casa.

Para recibir al Sevilla, el Levante no tenía a su máximo goleador, el sancionado Roger Martí, pero sí la ambición de dar una de sus campanadas para acercarse a la permanencia. Una actitud que demostró a las primeras de cambio. A los tres minutos, los azulgrana mandaron su primer aviso. Campaña fabricó un buen pase en profundidad que, sin controlar, trató de cazar Coke en el área pequeña. Vaclik, muy atento, despejó el esférico.

Campaña se movía con absoluta libertad, pero cayendo en muchas ocasiones a la banda derecha y tejiendo buenas combinaciones con Melero y Rochina por el interior. El sevillano es el timonel del equipo. El cerebro. Y estaba dispuesto a dejarlo claro en un duelo muy especial para él. Se formó en la cantera del club hispalense, cuyo director deportivo tiene en sus planes recuperar al talentoso centrocampista.

El líder granota hacía muchísimo daño con sus diagonales en la línea de tres cuartos de campo. Desequilibrando. Bailando con el cuero en los pies. Pero el susto se lo llevó el Levante al cuarto de hora. Munir estrelló el balón en el larguero tras una falta de Vezo en el lateral del área.

El Levante controlaba el juego. Sin precipitarse. Con Mayoral creando problemas a la zaga hispalense con sus desmarques de ruptura. Sin extremos claros, Toño y Coke podían aprovechar su profundidad. Vukcevic y Melero mantenían la consistencia. El mediocentro madrileño, autor del gol del empate 'in extremis' ante el Valencia, tiene músculo y criterio. Sin embargo, los azulgrana no conseguían generar ocasiones claras y fueron dando alas a los de Julen Lopetegui.

El Sevilla dio la iniciativa a través, sobre todo, de Navas y Banega, pero el Levante permanecía muy bien organizado. Sólido. Poco antes del descanso, un cabezazo cruzado de Koundé en una jugada a balón parado subió la tensión de Paco López. Son acciones en las que los granotas han sufrido especialmente a lo largo de la temporada. Sin embargo, ayer Vezo y Bruno formaron una sociedad férrea.

La reanudación del encuentro fue para olvidar. En 30 segundos, cuatro toques de balón fueron suficientes para desmontar por completo al Levante. Diego Carlos se sacó de la chistera un pase desde su campo para Munir, quien apareció como una exhalación para controlar el esférico con el pecho, encontrar la espalda de Coke y lucirse con un centro perfecto dirigido a Luuk de Jong. Vezo no logró interceptar la asistencia y el delantero holandés remató a quemarropa. El VAR revisó la ajustadísima posición del extremo hispano-marroquí y dio validez al tanto.

De Jong, quien precisamente acabó con su infortunio en el inicio de Liga marcando al Levante, repitió ayer. Los de Paco López se desmoronaron y el Sevilla gozó de oportunidades para sentenciar el encuentro: gol de Diego Carlos anulado por empujón previo sobre Campaña, estiradas magníficas de Aitor tras una volea de Munir y un misil de Escudero... El equipo estaba noqueado. Y Paco López comenzó a mover sus piezas. Maniobras que resultaron clave, porque hombres de refresco como Miramón, Hernani y Sergio León se hicieron notar.

En especial el siempre anárquico extremo portugués. En el minuto 86 Hernani rozó el empate en una magistral combinación con Mayoral, pero Koundé sacó el balón bajo los palos. Sólo unos segundo después el Levante encontró la recompensa a su moral. Fue un gol en propia puerta de Diego Carlos tras un centro de Miramón. Pero su valor no residió en su estética, sino en la inyección de orgullo que supone en el camino hacia la salvación. Mayoral acarició la remontada con un latigazo. El Camilo Cano albergó la primera alegría.