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Que vienen tiempos turbulentos en el Levante se sabe desde que Villalibre transformó el famoso penalti señalado por Hernández Maeso, que sí ha subido a Primera. Sin la ayuda del descenso que aporta la Liga, el club debe reconstruir la plantilla sabiendo que lo ideal es retornar a la máxima categoría –y con ello a recibir el maná del dinero de la televisión–, pero que a partir de ahora va a ser más complicado. La reconfección del equipo es tan urgente como que Javi Calleja y sus futbolistas estarán de vuelta de las vacaciones en poco más de una semana. Está claro que el 8 de julio no va a estar todo cerrado, pero visto el ritmo de fichajes, el madrileño ya va a tener buena parte de la materia prima con la que contará este curso. La estabilidad financiera de la entidad corre la misma prisa o más, a pesar de que no sea algo que salte tanto a la vista del aficionado.
Planificación: Rehacer el equipo
Esa es una tarea a la que ya se ha lanzado Quico Catalán, junto a Felipe Miñambres. De hecho, en el club ya había esbozos de los dos posibles escenarios algo que, por otra parte, es la obligación de cualquier ejecutivo en el mundo del fútbol. Los fichajes de Óscar Clemente, Oriol Rey y Dela son muestras del camino que ha tomado el Levante. También de que un final de etapa de algunas piezas en la medular. Igualmente, se ha puesto en escena la apuesta por Giorgi con su reciente renovación para dos cursos con otros tantos opcionales. No obstante, como en cualquier plantilla, el éxito o el fracaso lo marcará acertar en las jerarquías en las áreas. Especialmente con el o los delanteros, algo que la campaña pasada no se consiguió.
Mercado: Ventas obligadas
Quico Catalán, en su despedida, admitió que había la obligación de vender, «como muchos otros clubes». Con esta puntualización, el todavía máximo dirigente granota quiso hacerse fuerte, igual que con Pepelu en la negociación con el Valencia. El canterano, Vezo, Pubill, Cárdenas, De Frutos… son nombres que están en el mercado y que pueden ser fundamentales para empezar a equilibrar el club. Como en cualquier entidad necesitada de ingresos, se valorará toda buena oferta que llegue por cualquier futbolista. También es un pellizco el dinero que se dejará de gastar en las fichas de veteranos como Roberto Soldado o Mustafi, futbolistas que no han justificado su salario en el Levante. O Campaña, que acumula infortunios desde que firmó su renovación prohibitiva y que en su día iba dirigida a lograr un gran traspaso. Ahora, lesionado, quién sabe si no volverá a firmar un contrato en Orriols… si sucede, será muy a la baja.
El resto del club: Las secciones
Por concluir en el panorama deportivo, a medio plazo la nueva directiva deberá decidir sobre las secciones deportivas, principalmente la estructura de fútbol femenino y el fútbol sala. Lo primero dependerá en el corto plazo de si el primer equipo confirma su presencia en la fase de grupos de la Champions, que genera ingresos. En ese camino, las granotas se medirán el 6 de septiembre al Stjarnan islandés y, de vencer, se batirían con el ganador del otro enfrentamiento de la final four entre el Twente de Países Bajos y el Sturm Graz. Tras esa primera criba, aún deberá superar otra eliminatoria. El fútbol sala descendió de Primera y fue en su día una de las apuestas de Quico Catalán. ¿Es viable hacer un equipo para subir, y más habiéndolo hecho el Alzira?
Las dimensiones del club: Estructura de Primera
El actual presidente ya avisó de que si no se subía esa estructura de Primera que se ha ido elaborando durante más de una década en la máxima categoría es ahora difícil de mantener. Es más, el propio Catalán indicó entre lágrimas el pasado miércoles que se va «por responsabilidad». No es nuevo que un gestor prefiera no ser quien desmantele parte de su obra, aunque eso sea necesario para la supervivencia de la compañía. Sea José Danvila u otro el nuevo presidente, la directiva deberá decidir en los próximos meses por donde aplica la tijera.
La fase definitiva en el Ciutat: La reforma del estadio
A falta de la última fase, el club cuenta con la financiación de 60 millones que cerró en verano de 2020 para sus dos grandes acciones urbanísticas: la del Ciutat y la de Nazaret. Curiosamente, ese préstamo se consiguió en buena parte bajo gestiones realizadas por Danvila. Ahora todos los trámites burocráticos están completos y el Levante inició la fase de elección del promotor de las últimas acciones. Además, el club cuenta con el respaldo de la financiación conjunta gestionada por la Liga con CVC para la modernización de instalaciones.
Compromiso con la ciudad: El proyecto de Nazaret
Lo mismo ocurre con la futura ciudad deportiva, donde la nueva directiva parece tener poco margen de maniobra después de todos los trámites realizados y compromisos adquiridos con las administraciones. El Levante posee una concesión a 25 años para el uso de los terrenos de la escuela Benimar concedida por la Autoridad Portuaria. Además, la actuación granota forma parte del proyecto del Ayuntamiento para revitalizar la zona y conectarla con el Parque del Turia. La nueva alcaldesa, María José Catalá, se ha mostrado partidaria esta semana a «ayudar al Levante». Sabe que hay planes en común que deben salir adelante. Quico Catalán también afirmó hace unos meses que esta iniciativa no dependía de que el club granota estuviera en la máxima categoría o en Segunda.
Campaña de abonos: Fidelización de la grada
Igual que con la plantilla, el Levante no podía esperar a un cambio de gestión para iniciar la campaña de abonos. Para esta se ha apelado al ascenso logrado hace justo dos décadas con Manuel Preciado en el banquillo. De momento no ha ido mal: ya se han vendido 5.000 pases, un tercio de los que se adjudicaron el curso pasado: más de 15.000.
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