Año nuevo, pesadilla vieja para el Levante

En una jornada marcada por las bajas por coronavirus, Alessio Lisci mantuvo la defensa que diseñó en el derbi frente al Valencia. Marc Pubill, una de las mayores perlas de la cantera, se aferra a la titularidad. Los cambios se centraron en la portería, donde Aitor Fernández tomó el testigo de Dani Cárdenas, y en el centro del campo. Radoja, Melero y Bardhi entraron en lugar de Pepelu, Morales y Dani Gómez. Roger Martí continuó en la punta de lanza. El Pistolero, quien este lunes cumplió 31 años, aspiraba a celebrarlo con una necesaria victoria. Nada más lejos de la realidad.

El encuentro arrancó con un Villarreal mordiente y arrollador. Cogió la batuta desde el primer instante y supo sortear con fluidez la elevada línea de presión que planteó el Levante. Melero, un jugador que se caracteriza por la potencia y el despliegue físico, actuaba por momentos como mediapunta.

Sin embargo, el Villarreal conducía el balón con lucidez y calidad. Y a Clerc le iba a tocar sufrir de lo lindo al verse las caras con un puñal como Samu Chukwueze. El extremo nigeriano dribló, centró y desnudó a la zaga granota. El testarazo de Boulaye Dia resultó inapelable. 1-0. El delantero franco-senegalés aprovechó la descoordinación entre Vezo y Duarte, quienes coincidieron marcando a Moi Gómez, para quedarse completamente liberado y rematar con contundencia. Por enésima vez, el Levante evidenciaba su fragilidad a la hora de defender los balones colgados al área.

La situación iba a resultar todavía más sonrojante apenas cuatro minutos después, cuando el Villarreal puso el 2-0 aprovechando otro desbarajuste en la retaguardia azulgrana. Esta vez, en un córner. Aitor falló en la salida y Pau Torres se adelantó a Marc Pubill en el segundo palo para enviar el esférico al interior de las mallas. En un abrir y cerrar de ojos, el partido parecía visto para sentencia.

Pasado el cuarto de hora, De Frutos realizó una diagonal para inquietar por primera vez al Villarreal. Rulli sacó una sensacional mano para evitar que los granotas recortaran distancias. Esta ocasión se iba a quedar en un simple amago de reacción. El Levante estaba sometido. Gerard Moreno se movía a sus anchas en la línea de tres cuartos, originando constantes desajustes en el sistema defensivo azulgrana. Es una delicia ver jugar al atacante catalán.

Pese a que el Villarreal tenía la sensible ausencia de Parejo por coronavirus, el centro del campo sólo tenía un color: el amarillo. El Levante acumulaba hombres en la medular, aunque se veía superado en todo momento.

El Villarreal jugaba a placer. Cada aproximación del conjunto de Emery olía a gol. Con la tempranera renta en el marcador, bajaron una marcha. Era el Levante el que estaba obligado a arriesgar. Sin embargo, el peligro sólo se percibía en un lado del campo. Entonces Gerard bailó por la frontal del área para, sin sentirse presionado, sorprender a Aitor con un disparo a contrapié. 3-0 y estocada. Llegó el descanso y Campaña, agachado, fue el último en dirigirse al túnel de vestuarios. El sevillano está muy lejos de las expectativas de un futbolista que hace 15 meses fue internacional absoluto y por quien el club aspiraba a obtener más de 20 millones.

No hubo cambios en el descanso. Y tampoco varió la tendencia del cuadro granota. Pese a contar con una mayor posesión de balón, se mostraba inoperante. Inocente. Nadie enseñaba los dientes. El Villarreal, mientras tanto, intimidaba cada vez que rondaba el área de Aitor. Tanto es así que acarició el cuarto gol en el minuto 53. Gerard Moreno seguía torturando a la retaguardia granota. Mareó a Vezo y Duarte dentro del área y mandó un esférico en bandeja para Trigueros. El centrocampista madrileño cabeceó a quemarropa, pero se topó con un Aitor que voló para evitar el tanto.

En busca de una reacción, al menos en cuanto a sensaciones, Lisci movió el banquillo a falta de media hora para el final. Triple cambio. Malsa, Pablo Martínez y Franquesa entraron en lugar de Radoja, Melero y Clerc. No hubo ningún golpe de timón... Al revés. El Villarreal siguió dando un recital por su banda derecha.

Aitor volvió a lucirse tras un disparo de Trigueros. Pero a la tercera fue la vencida y el talaverano logró el cuarto con un obús tras un regalo de Pubill en el centro del campo. Gerard Moreno, a portería vacía, culminó su actuación firmando el definitivo 5-0. La peor goleada de la temporada para un Levante que ha tocado fondo.