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Los brotes verdes se abren paso entre el monte aún quemado por el incendio. Iván Arlandis

Afectados por el infierno de Vall d'Ebo piden más ayudas un año después del siniestro

El incendio que afectó a una quincena de municipios de la Marina Alta y el Comtat aún está presente pese a los brotes verdes que ya pueden verse

B. González

La Vall d'Ebo

Miércoles, 16 de agosto 2023, 16:10

Hace un año, las comarcas de la Marina Alta y el Comtat vivían una tragedia. Sus montes estaban en llamas y unos 1.500 vecinos de una decena de municipios, desalojados, que no sabían lo que podría pasar con sus viviendas. El de la Vall d'Ebo fue uno de los grandes incendios del verano de 2022. Dejó 12.150 hectáreas de monte y cultivos arrasados, tras 15 días de fuego provocado por un rayo.

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Un año después y aún con un paisaje desolador, comienzan a verse los primeros brotes verdes de la capa más superficial de vegetación, gracias a un invierno bueno en lluvias en la zona, y de algunos de los cultivos que se han replantado.

Los afectados y vecinos no podrán olvidar esos intensos y dramáticos días, pero, con resignación, miran ya de cara al futuro. Aún falta mucho trabajo para volver a la situación anterior al incendio. De eso son conscientes vecinos y también responsables locales. Sara Moll, la nueva alcaldesa de la Vall d'Ebo, así lo expresa. "Hay mucho trabajo por hacer para poder reforestar todo lo quemado".

La Generalitat está trabajando desde el momento en que se pudo entrar en el monte, así lo constata tanto la alcaldesa de la Vall d'Ebo, como otro de los alcaldes de los municipios más afectados, Pablo Martínez, de la Vall d'Alcalà. "Se ha trabajado según la urgencia. Primero en la limpieza de árboles quemados y posteriormente en la recuperación de infraestructuras , sendas y caminos para que los agricultores pudieran acceder a los campos", explica.

Todos los trabajos forestales se están llevando a cabo siguiendo la directrices de los técnicos, apunta la primera edil de la Vall d'Ebo, quien apunta que en las zonas más próximas al municipio y gracias a las ayudas recibida han podido talar árboles cercanos a caminos para evitar la erosión.

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Lo que sí reivindican es la continuidad de las ayudas que se han destinado. "Somos un municipio muy pequeño con un presupuesto muy escaso y dependemos de esas ayudas. Esperamos que se mantengan en el tiempo", manifiesta la alcaldesa Sara Moll. Unas ayudas que aún siguen tramitándose y el dinero, aunque está, aún no ha llegado hasta los agricultores.

Cabe recordar que la Generalitat aprobó para los municipios afectados para esta zona la cantidad de 866.431 euros.

Una de cada cuatro hectáreas que se quemaron, unas 3.000, eran tierras de cultivo, en su mayor parte olivar, pero también cerezos y en menor medida almendros. Chimo es uno de los agricultores afectados de la Vall d'Alcalà. Insiste en la misma idea que la alcaldesa. "La ayuda que hemos recibido solo sirve para sufragar el trabajo de este año de tala y limpieza de los olivos quemados y nuevas plantaciones, pero estaremos tres o cuatro años trabajando estas tierras sin obtener cosecha. Sería lógico y deseable que nos ayudaran esos años", subraya.

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Y es que solo en el término de la Vall d'Alcalà el fuego arrasó el 90% de los cultivos, principalmente olivar. Las nuevas plantaciones de olivar de Chimo ya están brotando, "tienen medio metro", pero no todos los agricultores se han dado tanta prisa en replantar, como explica Juan Vicente Moll, concejal de Agricultura de la Vall d'Ebo en el momento del incendio. "Los agricultores quieren tener asegurado el dinero antes de plantar. Sabemos que el dinero está, pero aún no se les ha entregado a los agricultores. Aquí, el campo sigue sin cultivarse", asegura.

Recuperación del Turismo

Lo que sí se va recuperando es el turismo. En el caso de la Vall d'Ebo, según explica la alcaldesa, gracias a la línea de ayudas del Patronato de Turismo de la Diputación de Alicante, se han puesto en marcha este año rutas de senderismo y visitas guiadas a la Cova del Rull. "Animamos a la gente a que venga. En noviembre celebramos la Fiesta del Perelló, en el que promocionamos productos locales y esperamos que vengan muchos turistas", exhorta.

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Sobre cómo evitar otro incendio igual, Moll lo tiene claro: "invirtiendo en agricultura sostenible, porque lo que se ha visto en este incendio es que los campos trabajados son los que han sobrevivido" y también la gestión forestal adecuada, "las montañas estaban en un estado que la desgracia se veía venir", asegura.

En la fatídica noche del 13 de agosto de 2022, un rayo impactó en la partida de Frigolet, en la Val d'Ebo y a partir de ahí el fuego se extendió por las comarcas de la Marina Alta y el Comtat en un perímetro de 100 kilómetros. Hasta quince días después, no fue dado por extinguido.

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