Emotiva misa de despedida a los últimos franciscanos de Pego

Los tres últimos franciscanos que quedaban en el Convent de la Sagrada Familia de Pego se marcharon el pasado mes a sus nuevos destinos. Una marcha que ponía fin a casi cuatro siglos de presencia en el pueblo de esta orden religiosa. Sin embargo, este domingo regresaron para participar en una misa de despedida y agradecimiento. Un acto humilde y sencillo, pero muy emotivo

La iglesia del Convent se llenó para este oficio religioso tan especial, que contó con la presencia de 15 sacerdotes, entre frailes y el clero. Eran muchos los que deseaban darles las gracias por su labor.

Uno de los tres protagonistas, el padre Ángel, pronunció unas palabras que arrancaron el aplauso de los que allí se congregaron. “Si ellos están agradecidos por nuestra presencia, nosotros les estamos agradecidos a ellos porque el convento lo hizo el pueblo y muchos benefactores contribuyeron a adornarlo”, ha recordado este lunes el franciscano, que ahora está en Vila-real. También ha puesto de relieve el “gran apoyo que hemos tenido de la gente del pueblo”.

El hermano Ismael, que pasó más de 45 años en este convento, acudió desde su nuevo destino, en Cocentaina, Y lo mismo el hermano Rubén, ahora en Murcia. Ninguno quiso perder ese acto que supone el adiós definitivo de la presencia de los frailes franciscanos.

Su huella queda inmortalizada en una placa que el Ayuntamiento de Pego y las asociaciones vinculadas al convento han colocado en la fachada. El padre Ángel fue el encargado de descubrirla. Junto a él estaba el alcalde, Enrique Moll. En ella se deja constancia de los 400 años de presencia de la orden en el municipio y los nombres de los tres últimos franciscanos que había antes del cierre.

La edil de Cultura, Medio Ambiente y Urbanismo, Laura Castellà, presente en esta despedida, ha remarcado que “dejan un legado importante”. De hecho, ha recordado que Pego cumple 743 años desde su fundación como pueblo y que durante cuatro siglos ha habido presencia de esta orden religiosa.

Después de mostrar la placa, tuvo lugar un vino de honor y los franciscanos comieron juntos.

El futuro uso del Convent de la Sagrada Familia todavía no está decidido. Todo parece apuntar a que se repartirá entre la escuela y la parroquia.

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