Uno de los okupas desalojados de La Siesta: «Lo que nos han hecho ha sido una salvajada»

Algunos de los okupas de la urbanización La Siesta, en Dénia, que no pensaban abandonar las viviendas han tenido que marcharse porque les pusieron como plazo a primera hora de este lunes. Ese es el caso de Juan Manuel, de 52 años, que según ha comentado le operaron del corazón en octubre. Él, hija y su yerno se fueron el domingo, «bajo la lluvia», con sólo una parte de sus posesiones y sin haber cobrado nada de lo que se decía. «Lo que nos han hecho ha sido una salvajada», asegura.

Considera que no es de recibo que les dieran un plazo tan corto para dejar la vivienda que ocupaban desde hacía más de cinco años. “Nos han tirado a la calle en 48 horas, a mí que estoy enfermo del corazón y a mi hija, que tiene problemas de epilepsia”, relata indignado. Allí han dejado parte de sus pertenencias, como muebles, porque no les ha dado tiempo a llevárselos.

También está enfadado porque se comenta que les han dado bastante dinero por dejar la urbanización, pero “eso es mentira, no nos han pagado nada”. Juan Manuel insiste en que les habían comentado que les darían algo. Sin embargo, “no ha sido así, no nos han dado ni para pagar un alquiler”.

Además critica que tanto el Ayuntamiento de Dénia como los Servicios Sociales conocen su situación no les han ayudado.

Su familia está ahora temporalmente en “una casa rota en medio del campo”. Están arreglándola un poco para soportar las inclemencias meteorológicas en estos días fríos en los que la lluvia ha hecho acto de presencia.

Este alojamiento provisional carece de comodidades básicas. Según explica, tienen que ir a la fuente a por agua, se alumbran con velas y para calentarse tienen que encender un fuego. Le gustaría poder encontrar una vivienda con un alquiler asequible, pero es complicado y más para él que no tiene trabajo y se dedica a recoger chatarra. El viernes, cuando les avisaron de que debían desalojar la urbanización antes del lunes por la mañana, intentó encontrar alojamiento. “Busqué hasta habitaciones, pero me pedían 200 euros más una fianza por una”.

El caso de Juan Manuel no ha sido el único en La Siesta. Señala que otras familias, algunas con niños pequeños, se han tenido que marchar con prisas.

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