Pues ya tenemos TRAM

Pues ea, que ya tenemos TRAM, trenet, como lo quieran llamar.

Que mal todos aquellos que dijimos que pasarían las elecciones de 2023 y todavía no estaría en marcha (como pasó en 2019, que era la primera fecha que incumplieron). Que bueno, en marcha está, pero claro, si quieren que les lleve hasta Alicante, pues tendrán que hacer transbordo. Dos transbordos.

Pero que ya tenemos TRAM. Que tardará casi cuatro horas en llegar a la capital de la provincia y a lo mejor así prefiere seguir cogiendo el coche, pero eso será ya por capricho. Porque TRAM, hay.

Porque ya tenemos TRAM. ¿Qué teníamos que haberlo tenido antes de las anteriores elecciones que fue para cuando se prometió? Pues sí, pero oiga, que esto de la obra pública es como lo del principio de incertidumbre de Heisenberg: o se tiene el plazo o se tiene el TRAM, pero ambas cosas a la par… Mucho pides tú.

Que es que ya tenemos TRAM. Y debemos alegrarnos por ello. Y utilizarlo para hacer una ruta turística, con calma, sin agobios, porque para hacer gestiones ya nos han dicho que no nos va a servir. Pero eso sí, hay que ir al TRAM como se iba antes al colegio, con las cosas hechas desde casa, porque no hay aseos públicos disponibles ni en Dénia ni en Gata. Y también hay que ir con tiempo, por los retrasos que acumula, aunque esto último me imagino yo que ya es cuestión de ir afinando en las próximas semanas sin más problema.

Quizá ahora que tenemos TRAM, que ya sabemos que sirve para “vertebrar” la comarca, y eso está genial, tal vez aumente la frecuencia horaria, porque con uno a la hora poco vamos a vertebrar.

Pero, eh, que tenerlo, lo tenemos, y en marcha. Y eso es mucho más de lo que podemos decir del tren, que a saber cuándo le podré dedicar un artículo exactamente igual a este.

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