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R. González
Dénia
Viernes, 19 de mayo 2023, 23:30
Javi es un adolescente de Alicante que lleva ingresado tres meses en el hospital de La Pedrera, en Dénia. A finales de diciembre, con 15 años, le extirparon un tumor cerebral y en cuanto pasó su cumpleaños le derivaron al centro para pacientes crónicos y de larga estancia de la capital de la Marina Alta. Este cambio trastocó la vida de su familia, ya que sus padres tienen tres hijos más y la madre, Beatriz, se tuvo que mudar a Dénia para estar cerca del joven. Desde hace un tiempo, sus padres están reclamando que deriven a Javi a un centro más próximo y con más horas de rehabilitación. «Sólo pido que trasladen a mi hijo a un hospital de Alicante cerca de casa para que la familia pueda estar junta», reivindica Beatriz.
Hace cinco meses comenzó la pesadilla de esta familia. Desde hacía tiempo, Javi sufría dolores de cabeza. Le llevaron al médico, que le hizo analíticas, pero no le salió nada. Le diagnosticaron cefaleas tensionales. También acudieron a que le revisaran la vista y al fisio.
El lunes19 de diciembre, estando en el colegio, llamó a su madre para que fuera a por él porque le dolía la cabeza después de recibir un balonazo. Beatriz decidió llevar a su hijo al Hospital General de Alicante. Tras unas pruebas y un TAC descubrieron un tumor de gran tamaño en el cerebelo. Ese mismo jueves pasaba por quirófano para extirparlo. Una cirugía que le dejó importantes secuelas, pues no podía hablar ni moverse y veía doble. El adolescente pasó un mes en la UCI pediátrica.
Cuando le pasaron a planta, le comentaron a la familia la posibilidad de derivar a Javi a un centro privado. Sin embargo, días después algo cambió y les dijeron que no había concierto con ese hospital y que deberían decantarse por una de las dos opciones de centros públicos. Podían elegir entre San Vicente y Dénia. Fue el propio neurocirujano quien les recomendó que optaran por este último y al final así lo hicieron.
Les comentaron que hasta los 16 años no podían admitir al joven paciente en La Pedrera, así que en febrero, tras el cumpleaños, Javi fue trasladado a La Pedrera y su madre buscó alojamiento en Dénia para poder estar junto a él. Beatriz dejaba en Alicante a su marido y al resto de hijos. El mayor ya va a la universidad, pero los otros tienen 14 y 2 años.
A su llegada, la madre comprobó que las terapias intensivas que debía recibir su hijo no eran tan intensivas como pensaba. Se limitaban a las mañanas, en las que tenía una hora de fisio, otra de terapia ocupacional y media de logopeda. Entonces se dio cuenta de que si el traslado hubiera sido al lugar que querían en Alicante y mientras tenía 15 años, su hijo contaría con el doble de tiempo de rehabilitación. Teme que el hecho de no haber derivado a su hijo al lugar que ellos querían en Alicante se deba a cuestiones monetarias debido al concierto sanitario. «Es triste porque por cuestiones económicas no le envíen allí, cerca de casa», lamenta.
Beatriz está encantada con el personal, pero desearía más sesiones para que su pequeño se recupere antes. «Los profesionales aquí en Dénia son espectaculares, pero tienen un horario limitado, no es su culpa».
Las semanas fueron pasando y el adolescente fue mejorando, por lo que permitieron que el chaval pudiera salir del centro hospitalario los fines de semana. Con lo que la rutina varió un poco. Ahora la madre, que sigue en Dénia, acude de lunes a jueves al hospital. El viernes su esposo y los niños se desplazan a la capital de la Marina Alta y, tras recoger a Javi, que ya va en silla de ruedas y a veces en andador, se disponen a pasar allí un par de días.
Ante este trasiego, el estar lejos de parte de la familia y la necesidad de más rehabilitación para su hijo, los padres decidieron luchar para conseguir sus objetivos.
En marzo Beatriz puso una reclamación en el SAIP del Hospital General de Alicante para reclamar más terapias intensivas porque «nos consideramos engañados» con respecto a lo que les dijeron antes de trasladar al joven a Dénia. Además, según recalca, el neurocirujano emitió «un informe que decía que mi hijo necesitaba más horas». El comité de Daño Cerebral de Alicante rechaza la petición porque considera que «el tratamiento parece suficiente» puesto que el paciente «está mejorando». De manera que dice no al cambio de centro. Respuesta negativa que los padres han recibido esta semana.
Esta contestación ha llevado a Beatriz a mandar una nueva queja, pero esta vez va dirigida directamente a la Conselleria de Sanidad. En ella reclama, además del incremento de las terapias, piden el traslado a otro hospital de Alicante, Casaverde, especializado en rehabilitación funcional, tanto de tipo físico como neurológico, que es lo que necesita Javi. Argumenta razones de «reagrupación, economía y conciliación familiar» pues lleva tres meses fuera de casa, con el coste que ello conlleva, y lejos de sus otros hijos.
Esta vez, además, se ha dirigido al Síndic de Greuges. Estos padres esperan que Sanidad o el Síndic les ayuden a que Javi pueda recuperarse cerca de su hogar.
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