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Nicolás Van Looy
Benidorm
Jueves, 3 de febrero 2022, 14:25
Desde lo alto de los 202,50 metros del edificio In Tempo, el más alto de los rascacielos de Benidorm, no se ve Londres, ni París, ni Bruselas, ni Berlín y, por supuesto, tampoco se ve Nueva York. Pero en cada una de esas ciudades, y en otras muchas a lo largo y ancho de ese punto azul pálido que tan bien definió Carl Sagan, sí se pudo ver y oír Benidorm durante tres días que convirtieron a la capital turística de la Costa Blanca en foco de interés internacional.
El Benidorm Fest, que como todo lo que sucede en esa ciudad de fantasía no podía acabar sin su buena dosis de polémica, ha sido una simbiosis perfecta con su ciudad anfitriona. Ambas, como organismos de especies diferentes, han sabido beneficiarse mutuamente en su desarrollo vital y, aunque pasado el evento el resultado pudiera parecer lógico, es algo que, como reconoce Leire Bilbao, directora ejecutiva de la Fundación Visit Benidorm, «ha superado todas las expectativas».
Aunque sus responsables han tenido un exquisito cuidado a la hora de hacer comparaciones entre el Benidorm Fest y el ya extinto Festival Internacional de la Canción que lanzó a la fama, entre otros, a Julio Iglesias o Raphael, lo cierto es que los dos eventos guardan importantes similitudes y no cuesta mucho trabajo imaginar qué hubiera sido de aquellas ediciones en blanco y negro en la época de las redes sociales, los ‘me gusta’ y los ‘trending topic’.
Bilbao destaca la capacidad que han tenido Benidorm y el Benidorm Fest, tanto monta, monta tanto; de rejuvenecer y revitalizar la imagen de la una y del otro. «El informe de audiencias e impacto en las redes sociales demuestra que el Benidorm Fest ha tenido un seguimiento mayoritario entre los jóvenes».
Un impacto que no sólo ha servido para darle un profundo y necesario lavado de cara a al universo eurovisivo español sino, como reconoce la responsable de la Fundación Visit Benidorm, para «demostrar que Benidorm también es gente joven. Muchas veces da la impresión, sobre todo a nivel mediático, que la ciudad no es un lugar para gente joven porque se ha interpretado que, sobre todo a nivel nacional, son los mayores los que vienen. Es algo que sucede especialmente en invierno, una época en la que los jóvenes están trabajando o estudiando y, por lo tanto, no pueden disponer de sus vacaciones».
La pregunta del millón, claro está, es sencilla: ¿quién ha aportado más juventud a quién? Bilbao resopla, piensa, duda… y concluye que «lo que se ha dado en este caso es una suma de sinergias». En ese sentido, y pese a ser consciente de la imagen que ella misma ha descrito que muchos tienen de una ciudad idílica para el turismo sénior, recuerda que «en los meses de verano no sólo tenemos muchísimos visitantes jóvenes, sino que tenemos una amplísima oferta para ellos. ¿Cuántos festivales tiene Benidorm a lo largo del año?».
Efectivamente, la capital turística, como glosa la responsable de Visit Benidorm, tiene «el Low, que trae 25.000 personas al día, el Reggaeton Beach, el Iberia Festival… es un destino de gente joven», pero lo que ha conseguido el Benidorm Fest ha sido, precisamente, ampliar el calendario de atractivos para ese segmento de edad también a los meses de invierno.
Y no sólo eso, la simbiosis que se ha dado entre el evento eurovisivo y la ciudad va, como recuerda Bilbao, mucho más allá. «El eurofan tiene un claro perfil Lgtbi y Benidorm también lo tiene, con un Pride que cada año registra una asistencia brutal». Por todo ello, concluye que «no es que, de repente, Benidorm haya aparecido de la nada; sino que las marcas se han retroalimentado. Pero no sólo Benidorm y el Benidorm Fest, sino también la propia marca Eurovisión».
Un ‘boom’ de interés en el que el pasado de la ciudad que mejor representa la democratización de las vacaciones en España ha tenido un peso fundamental. «TVE ha hecho una apuesta por un destino en el que la música ha sido siempre muy importante. De ahí, su decisión de acudir de manera constante a la historia del Festival de la Canción para destacar cómo de aquí ya salían, hace muchos años, grandes artistas que conseguían posicionarse en el mercado internacional».
Algo que, salvando las lógicas distancias de estilos y formas en épocas tan distintas, parece que vuelve a pasar en pleno siglo XXI. «Lo hemos visto como Varry Brava, Rigoberta, Tanxugueiras… algunos ya tenían seguidores; pero eran desconocidos por el público general y el Benidorm Fest ha sido una plataforma para que a todos los conozcan. Ese era el principal objetivo del evento: dar a conocer a nuevos artistas y nuevas canciones», concluye Leire Bilbao.
Más allá de ese rejuvenecimiento mutuo, existe un intangible que, a juicio de Leire Bilbao, queda fuera de toda duda: la proyección internacional que, en este caso, sí ha aportado Benidorm al evento. «Benidorm es una marca muy potente desde hace muchos años. Ser ‘trending topic’ en Reino Unido tiene una parte de Eurovisión, pero otra muy importante de que suena la palabra Benidorm, que es un destino con un gran conocimiento en aquel mercado y, por lo tanto, les llama la atención».
En cualquier caso, Leire Bilbao prefiere poner el foco en el qué más que en el cómo. «Ahora tenemos los datos. Sabemos qué ha ocurrido y que la experiencia ha sido un éxito. Eso es lo importante. Mucho más que el cómo ha sucedido. Más allá de la polémica posterior, el Benidorm Fest ha funcionado muy bien y ha superado todas las expectativas».
Un efecto que, dejando de lado una polémica en la que la ciudad nada tiene que ver, también tiene un importante componente promocional que se mantiene en el tiempo porque «todos los artistas que han cantado, así como los presentadores, han destacado que ya echan de menos el tiempo que han pasado en Benidorm. Al final, hemos intentado, entre todos, cuidar el detalle de la hospitalidad que ofrece el destino porque es algo que ofrece mucha imagen de marca».
Un mensaje que, como subraya Leire Bilbao, «no es lo mismo que lo lancemos nosotros, que somos parte interesada, a que vengan Alaska, Màxim Huerta, Inés Hernand o todos los participantes y que sean ellos los que lo digan. Que el espectador reciba ese impacto de alguien a quien admira diciendo que tiene que venir a Benidorm, porque es algo espectacular, es algo muy difícil de medir; pero sabemos que es mucho mayor del que podemos imaginar».
Cuando Julio Iglesias o Raphael dieron el salto desde Benidorm al mundo, la manera de promocionar un destino turístico era muy diferente a la actual y, por ello, la ciudad nunca llegó a crear productos concretos en torno a esas figuras. Eso es algo que, aunque todavía no se ha abordado a fondo, podría cambiar ahora.
«Hemos barajado múltiplies opciones», reconoce Leire Bilbao, que añade que «estamos todavía trabajando en ello. Hay que tener en cuenta que el programa y todo lo que rodea al Benidorm Fest es propiedad de RTVE y, por lo tanto, tiene mucho que decir al respecto. Ahora tenemos que esperar a que se calmen las aguas cuanto antes para poder seguir trabajando en ese sentido. Hasta que esto baje un poco, estamos en ‘stand by’».
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