L'Alfàs del Pi busca potenciar la eficiencia energética en su parque de viviendas

L'Alfàs del Pi quiere que sus vecinos accedan a los más de 5.500 millones de euros que el Gobierno va a destinar a ayudas directas a las comunidades de vecinos que afronten medidas orientadas a mejorar la eficiencia energética de los inmuebles y, con ello, conseguir una ciudad con una menor huella de carbono y, por lo tanto, más sostenible. Una línea de ayudas que puede suponer hasta 18.600 euros por vivienda para acciones de rehabilitación energética.

Se trata, como ha dicho este miércoles el alcalde del municipio, Vivente Arques, de «una oportunidad a tener en cuenta» por parte de los vecinos. Y para que los propietarios, presidentes de comunidades de vecinos, administradores de fincas, asesorías, gestorías, profesionales técnicos, empresas e industriales del ámbito de la construcción, sostenibilidad y eficiencia energética tengan toda la información al respecto, el Ayuntamiento ha organizado una jornada formativa al respecto.

Durante la presentación de la misma, el primer edil alfasino ha destacado que esas subvenciones llegan «hasta un 80 % del coste de la actuación para impulsar la rehabilitación energética de los edificios existentes, la disminución del consumo de energía final y de las emisiones de CO2».

En ese mismo sentido, Vicente Soler, agente de rehabilitación energética, una figura clave para la gestión de estas ayudas, ha explicado que «aquellos edificios que demuestren un ahorro energético de un 30 % obtendrán una subvención del 40% del coste total de la mejora, es decir 6.300 euros por vivienda, y aquellos que superen un ahorro energético del 60% podrán conseguir un 80% del coste de la actuación, 18.600 euros por vivienda».

Se trata, como puntualizó el alcalde, de «ayudas europeas, pero de ámbito privado». Ese es el motivo por el que, tal y como recalcó Arques, «el Ayuntamiento lo que hace es informar sobre los 5.520 millones de euros que el Gobierno de España va a destinar a ayudas, para las comunidades de vecinos que afronten medidas orientadas a mejorar la eficiencia energética de los inmuebles».

Vicente Soler especificaba en esta primera jornada divulgativa que las «ayudas europeas en materia de rehabilitación energética» están destinadas a «edificios construidos antes del año 2000» y que están «coordinadas por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que también hará el seguimiento de las ayudas, mientras que la gestión de las mismas correrá a cargo de las Comunidades Autónomas, beneficiarias directas de las mismas».

El propio agente de rehabilitación energética subrayó que, para acceder a esta línea de subvenciones, cada «comunidad de propietarios le cede al agente rehabilitador la gestión para el acceso, la búsqueda, la redacción de proyectos, la ejecución y la justificación final de las ayudas».

Conscientes de que este tipo de acciones son todavía un campo poco conocido por la mayor parte de la sociedad, los responsables de la jornada han expuesto con detalle dos ejemplos de ahorro energético, por parte de dos empresas, para demostrar su eficacia.

Unos ejemplos que «han abordado, por una parte, la solución constructiva SATE, para la eficiencia energética de la envolvente de los edificios, su aislamiento, y, por otra, sobre la instalación de placas fotovoltaicas para la generación de energía renovable y reducción de la demanda energética».

En opinión de Soler, «el futuro pasa por acometer actuaciones encaminadas a la descarbonización», refiriéndose al proceso de reducción de emisiones de carbono, sobre todo de dióxido de carbono (CO2), a la atmósfera. «Su objetivo es lograr una economía global con bajas emisiones que consiga la neutralidad climática a través de la transición energética», subrayaba.

Y todo ello, según ha matizado Vicente Arques, porque «el objetivo de estas ayudas, financiadas con los fondos de la Unión Europea, es contribuir a alcanzar los fines medioambientales y energéticos establecidos en la normativa de la UE, mediante la realización de actuaciones de rehabilitación de viviendas existentes que favorezcan la reducción del consumo de energía final y de las emisiones de dióxido de carbono, a través del ahorro energético, el aumento de la eficiencia energética y el aprovechamiento de las energías renovables».

El primer edil ha concluido explicando que «se persigue mejorar la calidad de vida y el confort de las personas residentes, incrementar el rendimiento energético del parque inmobiliario, combatir la contaminación ambiental, luchar contra la pobreza energética y apostar por un consumo más eficiente de energía para lograr la meta de descarbonizar el parque edificado antes de 2050. Además, se fomenta y dinamiza el sector de la construcción y la rehabilitación energética».

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