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Nicolás Van Looy
Callosa d'En Sarrià
Viernes, 1 de abril 2022, 12:19
A pesar de que las previsiones meteorológicas todavía presagian algún día de lluvia a principios de la próxima semana, parece que lo más grueso del histórico temporal que ha pulverizado todos los registros de precipitaciones en la comarca de la Marina Baixa y buena parte de la Comunitat Valenciana ya ha pasado y llega el momento de hacer balance de daños.
Aunque muy copioso y largo, este episodio no se ha caracterizado, salvo en momentos puntuales, por la presencia de lluvias torrenciales, lo que ha evitado, por fortuna, que se tengan que lamentar grandes daños materiales en las infraestructuras públicas, algo que también se ha extendido, aunque con algunos matices, al campo.
En una comarca ya volcada casi por completo en la actividad turística, existen algunas zonas en las que la agricultura se mantiene como un puntal fundamental de la economía. Uno de esos lugares es el municipio de Callosa d’en Sarrià, doblemente golpeado por los efectos de la borrasca.
Por un lado, su principal atractivo turístico, Les Fonts de l’Algar, ha quedado completamente arrasado y, como explicaba su alcalde en declaraciones a este medio, no se podrán abrir al público durante la próxima Semana Santa, aunque sí estarán a pleno rendimiento de cara al verano.
Una situación parecida ha sucedido con la principal exportación callosina: el níspero. Las lluvias han llegado en un momento muy delicado ya que han coincidido con los primeros días de recolección del fruto así como con el último tramo de maduración del mismo y, si bien el agua fue muy bien recibida por los agricultores, finalmente acabó causando problemas que, si bien no echarán a perder la campaña, sí han tenido un impacto negativo en un momento en el que las ventas alcanzan sus precios máximos.
Así lo explica a LAS PROVINCIAS Andrés Llorca, gerente de la Cooperativa Agrícola de Callosa d’en Sarrià. Tras un prolongadísimo periodo de falta de lluvias, los agricultores agredecieron «mucho que lloviera porque hacía muchísima falta. Al menos, al principio, pero la segunda parte del episodio de precipitaciones ha sido excesivo», afirma Llorca.
El responsable de la cooperativa callosina explca aque «al principio, las lluvias supusieron un incremento del tamaño del fruto porque ha coincidido con la etapa en la que el níspero está terminándose de desarrollar». Pero esos efectos beneficiosos, como prosigue Llorca, tuvieron su parte negativa cuando el agua no dejó de caer ya que «ha supuesto muchos problemas en cuanto al rajado de la fruta que ha conllevado el exceso de lluvia».
Por desgracia, estas circunstancias se han producido en un momento en el que, además de al propio fruto, también la economía de los agricultores se ha visto dañada. Tal y como afirma Andrés Llorca, «ha afectado mucho a la primera parte de la campaña, que es la más cara. Hay una afectación de más del 20% a nivel general y eso, en términos económicos, significa que se ha perdido mucho».
Además, continúa explicando el gerente de la Cooperativa Agrícola de Callosa d’En Sarrià, «también se han producido algunos casos concretos de agricultores a los que se les han caído muros de los bancales o márgenes de caminos. Daños estructurales puntuales en determinadas zonas, sobre todo, cerca de las cuencas de los ríos».
El otro gran cultivo de la zona, el aguacate, ha podido aguantar mucho mejor el envite del tiempo. «En el aguacate no tenemos incidencias. Es un fruto al que el agua le viene bien, aunque también es cierto que con tanta cantidad pueden venir problemas de hongos y de podredumbre; pero ha llegado en la última parte de la cosecha», asegura Llorca.
La mejor noticia es que las lluvias se han producido en un momento en el que no se estaba produciendo la recogida masiva de ninguna variedad. «Ahora comenzará la campaña del hass, que es bastante habitual en la Comunitat Valenciana, pero todavía no ha comenzado la recogida y, por lo tanto, no tenemos una imagen cuantitativa de los daños que haya podido causar el temporal más allá de aquellos que hayan podido tener algún desprendimiento o daños estructurales en sus cultivos».
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