Nicolás Van Looy
Benidorm
Miércoles, 15 de junio 2022, 20:27
Una semana de suspensión de venta de billetes de AVE entre Madrid y Alicante han servido para casi de todo, menos para lo que Renfe anunció que serviría: amoldar sus sistemas a esa nueva realidad que traería el traslado del punto de partida y final de los trenes en Madrid desde la estación de Atocha a la de Chamartín, algo que, según un comunicado emitido este mismo miércoles, tendrá que esperar ahora hasta septiembre.
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Por lo demás, esa semana de parón comercial a sólo 15 días del inicio de la temporada alta turística ha servido para que tanto Renfe como el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) concitaran el unánime rechazo y enfado de todo el sector turísticos de la Costa Blanca, que asistía, “alucinado y anonadado” a una incomprensible situación que, como alertaron todos los actores de la principal industria de la provincia de Alicante, no hacía más que beneficiar a los destinos competidores, que podían pescar en el río revuelto por la incertidumbre sobre el futuro a corto plazo de la línea de alta velocidad más rentable del país.
Siete días después de que comprar un billete de AVE para el mes de julio entre Alicante y Madrid se convirtiera en una misión imposible, Renfe ha emitido este miércoles un comunicado informando que, tal y como ya se comprometió el Adif con el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana, sería este jueves cuando volvería a comercializar ese producto.
En concreto, según ese mismo comunicado, Renfe colocará en el mercado los viajes de AVE entre la capital de España y la de la Costa Blanca para el periodo que comprende del 1 de julio al próximo día 12 de septiembre.
Esa última fecha es, precisamente, la que ahora aparece en el horizonte como el nuevo momento en el que el Adif implementará las nuevas marchas que se articularán en torno a las estaciones de Chamartín y Atocha y que, salvo que se produzca un nuevo cambio de planes de última hora, implicará que todas las frecuencias diarias, salvo la primera y la última, se trasladen a Chamartín en detrimento de su habitual destino u origen en Atocha.
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Ese cambio, que fue la excusa dada por Renfe y el Adif para suspender puntualmente la venta de billetes del AVE a partir del día 1 de julio, se retrasa por lo tanto hasta el otoño, algo que ya reclamó el pasado lunes en declaraciones realizadas a LAS PROVINCIAS la Secretaria General de la patronal hotelera Hosbec, alegando que a 15 días del inicio de la temporada alta turística resultaba inconcebible una falta de previsión de tal calibre.
En cualquier caso, lo que sigue pareciendo inevitable es que ese cambio hacia el norte de Madrid, que ha cosechado el rechazo unánime de todo el sector turístico alicantino, acabe produciéndose. Una decisión que no sólo alargará el tiempo de viaje entre las dos capitales en 20 minutos, sino que dejará a muchos usuarios que utilicen otras líneas de AVE o media distancia con correspondencia en Atocha, sin un enlace directo para viajar a Alicante, obligándoles no sólo al tradicional trasbordo de convoy, sino también a un largo y complicado cambio de estación, con lo que eso supone de pérdida de competitividad turística.
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