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B. Ortolà
Martes, 3 de noviembre 2020, 23:24
«Deberían llegar más ayudas para que los pueblos no tengan que renunciar a los servicios básicos que se merece cualquier ciudadano». Así critica el alcalde de la Vall d'Alcalà, Pablo Martínez, la falta de subvenciones con las que cuentan los municipios pequeños y especialmente del interior. Lo hace escoba en mano, mientras barre la plaza del Ayuntamiento, una tarea que realiza de forma habitual, pues el municipio cuenta con un servicio mínimo de limpieza, «el que podemos permitirnos», asegura.
El consistorio de este pequeño municipio de poco más de 160 habitantes tiene un acuerdo con una empresa que dedica tres horas diarias a estos cometidos, «principalmente se encargan de mantener en condiciones higiénicas los edificios públicos como el Ayuntamiento, pero no da para poder profundizar su trabajo en todo el pueblo», remarca el munícipe.
Un situación que obliga a Martínez a arremangarse, especialmente con la llegada del otoño, «ahora empiezan a caer las hojas de los árboles y la plaza del Ayuntamiento se llena, »como el servicio de limpieza no puede con todo, pues tengo que hacerlo yo, a ratos«. El primer edil remarca que no solo él sale a la calle a barrer, también lo hacen algunos vecinos y vecinas, »siempre ha sido habitual que cada uno se barriese el trozo de delante de su casa, como había gente que vivía en la plaza, pues también aprovechaban para la limpiarla«. Tradiciones, matiza, Martínez de antaño y que están desapareciendo, en mayor medida, a medida que lo hacen también las generaciones más mayores, »es difícil que se mantenga porque hay menos gente en el pueblo«.
La limpieza es uno de los servicios que, según el munícipe, necesita mejoras en este pequeño pueblo del interior de la Marina Alta, aunque no el único. El problema, remarca de nuevo, «es económico, las localidades pequeñas disponemos de un presupuesto muy limitado, dependemos mucho más de las ayudas, ya sean del Estado, de la Generalitat o de la Diputación».
Pero según Martínez, las subvenciones llegan con «cuentagotas. Gestionar así »es mucho más complicado«, lamenta. El alcalde asegura que lleva años quejándose a las administraciones, sin un resultado óptimo. Lamenta que ahora, en tiempos en los que la pandemia ha agudizado la crisis, se haya echado la vista hacia el mundo rural, apostando por el tele trabajo en lugares idílicos como es la Vall d'Alcalà: »no se puede apostar por algo que no cuenta con las condiciones necesarias. Tendrían que haberlo hecho mucho antes, porque es muy fácil pregonar que la gente venga aquí, pero si no encuentra los servicios necesarios para vivir y trabajar, no van a querer quedarse«.
Martínez asegura que la zona rural, «al menos aquí en la Vall d'Alcalà, hay que mejorar en materias como la sanitaria, que siempre nos habíamos apañado, pero con la pandemia, se ha complicado algo la situación, especialmente porque aquí hay gente mayor».
El munícipe está convencido que un pilar básico para conseguir aumentar la población es la telecomunicación. «Si la gente va a tele trabajar necesitará buenas conexiones a internet y eso se consigue con fibra óptica, algo que ya hemos pedido en repetidas ocasiones y que todavía no hemos conseguido. Es otra piedra en el camino, que nos hace quedar retrasados frente a otros municipios vecinos».
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