La cuesta de enero más complicada

El mercado del automóvil ha cerrado un año muy positivo: han aumentado las ventas, los coches son más caros y los créditos más altos, así que todos los actores del mundo del automóvil están ganando dinero: fabricantes, distribuidores y concesionarios, algo que se nota en la apertura de nuevas instalaciones: en apenas un mes han abierto Tesla y Omoda, ha cambiado de ubicación MG Vedat Import y Mazda estrenará en breve instalaciones en la Pista de Silla. Lo dicho, todo viento en popa... menos para los clientes.

Aquí todo son pegas: precios altos, créditos caros, coches con más averías, restricciones en algunas ciudades, operadores del vehículo de ocasión que solo buscan el máximo beneficio, multas en crecimiento y unos precios de combustible que no dan respiro, por no hablar de la subida de los costes familiares, como hipotecas, comidas o colegios.

Como ven, el mercado no casa exactamente con la realidad, y aunque se siguen vendiendo coches, ya se nota una descompensación entre la oferta, cada vez más cara, y la demanda, con cada vez menos dinero, así que las marcas que ofrecen coches de precios razonables, como la asiática MG, Dacia o Citroën se aprestan a ganar en ventas y en cuota de mercado en los próximos doce meses, con unos precios muy competitivos.

Al resumen del año se suman unos eléctricos que no despegan. Levantan mucho interés, pero el 2023 terminó con un 5 por ciento de cuota de mercado, que es poco, con unas ayudas que no llegan como y cuando tocan, con una red de cargadores que no termina de despegar y con unas rutas cuya planificación requiere de horas de estudio. A pesar de la felicidad general por las ventas, el 2024 va a ser un año de trabajar duro en todos los frentes.