¿Nos obligan a cambiar de coche?

Es la pregunta que escucho casi todos los días en algún lugar, ya sea en el trabajo, entre amigos, en el colegio o en las redes sociales, y la respuesta es que no, pero sí, y me explico.

Nadie nos va a obligar a vender nuestro actual coche tenga la etiqueta que tenga. Podremos tenerlo todos los años que queramos mientras pase la ITV. Sin embargo, el sistema de etiquetas hará que su uso esté restringido en determinadas zonas, principalmente las grandes ciudades, que ya han limitado el acceso a los coches sin etiqueta de contaminación, y próximamente comenzarán a hacerlo con los de etiqueta B. Barcelona lleva la delantera, y puede que en 2024 ya limite la entrada de estos coches, lo que significa que Madrid no tardará en seguir el mismo camino. Otros ayuntamientos esperarán hasta el último momento, pero también lo harán, por normativa europea, en los próximos años. Así que no, no tendremos que cambiar de coche, pero los vehículos con etiqueta B cuyos usuarios circulen obligatoriamente por las zonas restringidas –por ejemplo, para ir a trabajar– no podrán hacerlo.

El resultado es que una gran cantidad de coches con etiqueta B que se empezarán a vender, sustituidos por modelos de etiqueta C, eco o cero, pero en un momento en el que los coches están muy caros y las tasas de financiación por las nubes, hará que persista el mercado de segunda mano. Así que no nos obligarán a cambiar de coche, pero en muchos casos nos veremos obligados que hacerlo. ¿Lo han entendido?

Esperemos que el objetivo final, que es tener ciudades con un aire más limpio, se cumpla, y esto recae no solo en los particulares, sino también en una administración que no incentiva el cambio de los vehículos de reparto, muy numerosos y todavía diésel.

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