Audi Q5 Sportback: Un SUV 'eco' espectacular y razonable

¿Qué pasará en el mundo del automóvil? Nadie lo sabe con certeza. Los vehículos eléctricos están ganando relevancia, pero todavía no son adecuados para todos, mientras que los diésel están perdiendo popularidad, sobre todo porque los sistemas anticontaminación, como el AdBlue, son caros y no están adaptados a un uso intensivo en ciudad, por lo que los coches pequeños y medianos han dejado de incorporarlos. Sin embargo, viajar con un TDI sigue siendo una experiencia tranquila, y más aún si tienen la etiqueta ECO que permite circular por el centro de las zonas con restricciones que ya aplican ciudades como Madrid o Barcelona, por lo que pueden ser una muy buena opción para muchos clientes, especialmente en los SUV de gran tamaño que, por su peso, consumen más. Esto es lo que pensamos cuando solicitamos este precioso Q5 Sportback TDI de la flota de prensa, y para nuestra sorpresa, la marca lo ha puesto en promoción con una financiación muy atractiva, al menos hasta el pasado mes de diciembre: 11.500 euros de entrada y 375 euros al mes durante cuatro años. Esto resulta bastante razonable para un SUV premium de gama alta con etiqueta ECO pero, ¿vale la pena tenerlo durante cuatro años en nuestro garaje y después ver por qué modelo y con qué tecnología cambiaremos? Vamos a descubrirlo en esta prueba.

El Q5 es un SUV de gama media-alta, pero la renovación del BMW X3 y el Mercedes GLC lo ha dejado como el más veterano del trío premium alemán. Por esta razón, la marca ha ajustado sus tarifas y su gama. En cuanto a las mecánicas, este 35 TDI es la opción más básica, pero no por ello menos eficaz. Cuenta con el archiconocido motor 2.0 TDI del grupo alemán, al que se le ha añadido un sistema micro-híbrido que eleva su potencia a 163 CV y le permite obtener la etiqueta ECO. Para simplificar las cosas, no tiene tracción quattro, sino tracción delantera, con una caja automática de siete marchas, una mecánica que no difiere mucho de la que encontraríamos en un Audi A3, por poner un ejemplo. El resultado es un coche funcional, de bajo consumo, capaz de alcanzar una velocidad razonable, aunque no acelere como un deportivo y lo suficientemente rápido –de 0 a 100 en nueve segundos y 213 por hora de máxima– para la mayoría de las personas.

La carrocería Sportback es muy atractiva, y Audi añade el acabado S Line, que pinta la carrocería por completo, incluyendo los pasos de rueda, equipa llantas más grandes y, en esta unidad de pruebas, también las pinzas de freno de color rojo. El interior es de tonos negros y con un acabado deportivo casi irresistible.

Tras meses probando coches eléctricos, híbridos enchufables o de gasolina, estamos más relajados al volver a un diésel. Ya no tenemos la necesidad de saber donde cargar y estamos seguros de que no nos quedaremos 'a cero' en la carretera. Nada se compara con la tranquilidad de un TDI, que te permite viajar a un ritmo razonable con un consumo de alrededor de ocho litros cada cien kilómetros y entre 700 y 1.100 kilómetros de autonomía. El Q5 es un 'maratoniano' excepcional: absorbe los baches y badenes con comodidad, es silencioso, rápido y solo echa de menos una respuesta más ágil en la recuperación de velocidad, y es que es aquí cuando se nota el sobrepeso: 1.830 kilos es mucho para este coche.

En cambio, es imposible criticar la sofisticación y calidad de los interiores de Audi, pocos coches prestan tanta atención a cada detalle. Aunque la pantalla algo pequeña indica que no estamos ante un «último modelo», el Q5 funciona muy bien, con dos pantallas digitales y muchos mandos convencionales que nos permiten interactuar con la tecnología de manera intuitiva. En cuanto al equipamiento, echamos de menos los asientos o el volante calefactables, que deberían venir de serie. El espacio en la parte trasera es amplio, especialmente para dos adultos, pero sin exageraciones. La calidad es sobresaliente en todos los detalles: moqueta, costuras, revestimientos y aislamiento a bordo están a la altura. El maletero tiene un buen volumen de 510 litros, pero sobre todo es muy utilizable y, si abatimos los asientos traseros, alcanza los 1.500 litros de capacidad.

En autovía la estabilidad es buena, pero el Q5 no es amigo de las carreteras con curvas. Con 163 CV para más de 1.800 kilos, se sienten las inercias y recuperar velocidad lleva más tiempo del esperado. Esto se nota más en las incorporaciones a la autopista, donde, a veces, la caja de doble embrague y siete marchas tarda en decidir qué velocidad es la más adecuada en el peor momento. Superado este aspecto, el coche es muy bueno también en ciudad, donde no parece tan grande como realmente es y se aparca de forma sencilla.

Para terminar tenemos que hablar de precios. Los 60.900 euros por una mecánica «básica» son muchos, especialmente si consideramos que esta gama de coches se vendía hace algunos años por unos 45.000 euros. Por eso, en un principio, no nos parecía la mejor opción y estábamos pensando en considerar un vehículo eléctrico como el audi Q4 como alternativa. Pero con las ofertas financieras todo cambia: si tenemos cierto temor al cambio tecnológico, queremos jugar sobre seguro y comprar un diésel con etiqueta eco, este es de los mejores de su clase. La financiación de la marca lo hace más accesible y nos permitirá, dentro de cuatro años, valorar por ejemplo un eléctrico que con más autonomía y más cargadores en las carreteras.

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