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Hay muchas cosas pendientes a mejorar en nuestro país, pero una de ellas en todos los sectores es la agilización de los 'papeleos'. Los procesos burocráticos hacen la vida más difícil a empresas y particulares, y en el sector del motor tenemos un gran ejemplo con la transición a los vehículos ecológicos.

En España podríamos tener muchos más puestos de carga para vehículos enchufables, y eso que la infraestructura de recarga pública de alta potencia creció en España un 90 por ciento en 2023 y un 95 por ciento la carga rápida. Aun así, cuando hablas con personas que están en empresas de puestos de carga, se siguen quejando de que, mientras que en España pueden tardan años desde que se presenta un proyecto de infraestructura de carga hasta que se pone a funcionar, en otros países europeos te piden perdón si la espera se demora varios meses.

Tenemos puestos de carga construidos cogiendo 'polvo' mientras muchos usuarios no se atreven a comprar un eléctrico por la falta de confianza que les genera la cantidad de puntos de carga. Y, si hablamos del plan Moves, la situación no mejora. Las ayudas siempre son buenas e incentivan la compra de vehículos ecológicos, pero si el usuario ve que en cada comunidad autónoma funciona de una forma y que la ayuda, según el sitio en el que vivas, tarda en llegar pocos meses o más de un año, la confianza del comprador disminuye.

Al final, salen al rescate las empresas: las energéticas con grandes apuestas por las infraestructuras de carga y las marcas, en muchos casos, con ayuda directa en el momento de compra con la anticipación económica por su parte de la ayuda del Moves. Mientras en el Congreso de los Diputados los políticos siguen peleándose, los ciudadanos seguimos pagando sus promesas vacías.

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lasprovincias Las trabas 'made in Spain'