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A. P.
Jueves, 11 de abril 2024, 10:00
Siempre está el que usa el claxon para todo, el que se abona al carril izquierdo sin importar la velocidad o los demás vehículos, el que se pega al coche de delante como si así fuese a conseguir adelantarle, el que «serpentea» entre tres carriles como si la carretera fuese un circuito... Los conductores, con prisa o ansiosos la mayoría de las veces, «olvidan» las normas de circulación y adoptan malos hábitos nefastos para su seguridad y la de los que le acompañan y rodean.
«Ya sea por comodidad, desidia o desconocimiento, vamos asumiendo estos comportamientos inadecuados como algo habitual, de forma inconsciente y sin conocer su alcance o sus consecuencias», explica Juan Ignacio Serena, jefe de sección del Área de Formación Vial de la DGT, que destaca la dificultad para corregirlos tras el periodo de formación, una vez obtenido el permiso y adquirida cierta soltura en la conducción: «Lo primero es ser conscientes de cuáles son nuestros comportamientos inadecuados, para asumirlos, aprender la forma correcta y ponerla siempre en práctica», señala Serena.
Uno de los malos hábitos 'clásicos' en conductores experimentados es soltar el volante para apoyar el codo en la ventanilla o dejar la mano 'olvidada' sobre el cambio de marchas. Cuando conducimos, según recoge la DGT, lo correcto es sujetar el volante con ambas manos sobre el mismo, en la posición de las 10:10 de las agujas del reloj. Además, con los brazos un poco flexionados y relajados sobre el volante tendremos capacidad total de maniobra, especialmente cuando sea necesaria una reacción rápida.
En vías interurbanas debemos circular normalmente por el carril de la derecha y utilizar el resto de carriles del mismo sentido para adelantar. Un conductor que circule por el carril central o izquierdo puede entorpecer y provocar situaciones de riesgo. «Además, circular por los carriles centrales implica dirigir nuestra atención también a los que circulan por carril derecho», apunta Serena.
Asimismo, seguramente todos hemos visto vehículos zigzagueando en vías congestionadas, provocando un riesgo para el resto de conductores. Este comportamiento solamente puede provocar incomodidades, frenadas innecesarias e incluso alcances entre vehículos. «El cambio de carril debe hacerse siguiendo la regla RSM (Retrovisor-Señalización-Maniobra), sin causar peligro ni molestar a otros usuarios. Hacerlo sin necesidad es un mal hábito ya que toda maniobra conlleva cierto riesgo, que será aún mayor si está mal ejecutada», destaca Serena.
También sin respetar la distancia. Este es quizás, apunta la DGT, uno de los comportamientos más peligrosos en carretera, donde la separación entre vehículos es vital y no respetarla expone a un alcance en cadena. La distancia correcta entre dos vehículos debe ser, al menos, de dos segundos respecto a un punto fijo en la vía (cuéntelos pronunciando 1001, 1002...), y debe ampliarse con mal tiempo o asfalto mojado.
El uso 'gratuito' del claxon -en atascos, para 'avisar' cuando el semáforo cambia a verde o por errores- genera malestar y nerviosismo entre los conductores. El Reglamento General de Circulación (art. 110) prohíbe a los conductores de vehículos no prioritarios el «uso inmotivado o exagerado» de las señales acústicas, excepto en situaciones excepcionales: para evitar un accidente, en ciertos adelantamientos, en vías estrechas con muchas curvas o en una emergencia.
Por otro lado, ¿sueles pisar al pedal de embrague con demasiada antelación antes de un semáforo en rojo o de una señal de stop? Es importante conocer que avanzar en 'punto muerto' implica la pérdida de tracción y de retención del freno motor, y puede ser peligroso ya que tenemos menos control sobre el vehículo. Además, provoca un mayor desgaste del sistema de frenado. En estos casos, lo correcto es reducir la velocidad levantando el pie del acelerador, dejando rodar al vehículo por inercia, tocar el freno suavemente y reducir a marchas más cortas si fuese necesario, manteniendo siempre una marcha engranada.
Otro ejemplo es frenar en exceso, dentro de las curvas o intensamente justo antes de detener el vehículo. Estos son malos usos del sistema de frenado. Los especialistas en conducción segura subrayan que el freno debe usarse en su justa medida, sin excesos, con suavidad y aplicando la presión necesaria sobre el pedal. Y es un error frecuente no pisar el pedal a fondo y soltarlo bruscamente en los cambios de marcha, con la consiguiente incomodidad para los ocupantes. También es contraproducente pisarlo durante demasiado tiempo, acelerar antes de soltarlo del todo y mantener el pie apoyado en el pedal durante la conducción, pues desgasta la mecánica.
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