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Urgente Un accidente múltiple provoca retenciones en la V-21 sentido Castellón

Estoy en contra de los toros, o mejor debería decir de quienes los liquidan. Torturados por placer, humillados, ejecutados con alevosía y a sangre fría ante cientos de gargantas atrapadas en la paradoja. Dicen que los veneran -olé-, y que los respetan -olé-, y tan ... profunda pasión sienten por ellos que los matan para preservar la bravura de la especie -olé-. Al animal que lucha hasta el descabello, lengua colgante, el negro zaíno ya rojo sangre, lo llaman noble, y como reliquias pasean en procesión sus dos orejas y el rabo. Al que se desparrama temprano, su debilidad vivero de paladares insatisfechos, manso, y corresponde a ese miedoso el desprecio 'post mortem', compartido con el ganadero que fracasó en el intento de educarlo para morir de pie. No hay mayor herejía que la del hombre que juega a ser Dios, autolegitimado para dar y usurpar vidas. Ya sea en el frente o en una plaza.

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