Castellanos, sensatez y honestidad

Coincidí con Ángel en mis primeros años en el primer equipo del Valencia, persona seria, no muy habladora, pero con un humor reconocible, discreto y profesional. Como persona, sensato, honesto, de los que piensan mucho y bien, y de los que tomar como ejemplo.

No tuve contacto con él tras las respectivas retiradas del fútbol profesional, algún acto suelto de la Asociación de Futbolistas del Valencia, y en el Centenario. Pero siempre lo recordaré. El recuerdo de un encontronazo en aquellos partidos de los jueves, cuando los juveniles o el Mestalla jugaba partido de entrenamiento contra el primer equipo, o con qué rectitud, disciplina y carácter afrontaba los partidos en los que la grada de Mestalla, entonces denominado Estadio Luis Casanova, criticaba sus actuaciones, son cosas que nunca olvidaré. Siempre entero, siempre colaborador, siempre a tu lado para ayudar, para que encontraras en él un apoyo.

Sin darte consejos, era un ejemplo, y sin hablar demasiado con él, lo tenías como referencia personal y deportiva, en lo que se refería el entorno de un equipo profesional. Lo que había vivido y lo que le quedaba por vivir en nuestro club, por desgracia, no demasiado ya. Haber compartido vestuario con verdaderas estrellas de este deporte y mantenerse humilde, sabedor del nuevo momento de aquel Valencia CF.

¡Cómo me ayudó él! Y otros como Óscar Rubén Valdez, Paquito, Roberto Gil, Sempere, Arias, Tendillo, Saura, Pablo, Manzanedo.... Hasta el propio Mario Alberto, ellos me ayudaron a creer más en mí y en mis posibilidades, y eso permanecerá siempre en mi mente. Y por supuesto, agradecimiento especial a Manolo Botubot, por el que lo poco que, al menos yo supe, lo supe por él y sus redes sociales. Tenemos por delante días y momentos para la reflexión y el recuerdo. Descanse en paz, Ángel Castellanos.

En cuanto al partido de anoche entre el Valencia y el Villarreal, una primera parte que confirmó lo que habitualmente le ocurre al cuadro amarillo cuando pisa Mestalla, no son los mismos, acobardados, intimidados, faltos de confianza y seguridad, lentos y apáticos.

Bueno, ni siquiera eso, anoche se mostraron absolutamente sobrepasados por un Valencia que creyó en lo que debía hacer, y lo sacó adelante. Los futbolistas de Baraja se mostraron muy superiores, el equipo de Marcelino fue totalmente barrido en esta primera mitad. Cometieron errores imperdonables, no admisibles frente a un Valencia muy cómodo. Mucho debía cambiar todo para que el Valencia no terminara ganando.

Y no diré que la segunda parte fue peor para los visitantes, pero el tres a cero sentenció el enfrentamiento. Dominio territorial de los amarillos, sin ocasiones claras de gol, y sin posibilidad de recuperación. Victoria justa y merecida del Valencia.