Ganar suponía dejar al octavo clasificado a cinco puntos de distancia en la clasificación, y una vez se conociera el resultado del partido de la Real Sociedad en el Coliseum de Getafe, saber a cuánto te quedabas de la sexta plaza. A pelear por todo ... y con todo. No me importa, de momento, la confección de la plantilla de la próxima temporada, sólo quiero que el Valencia vuelva a Europa, con o sin Peter Lim, pero lo más arriba posible, recuperando prestigio y acumulando reconocimiento, algo que sinceramente, debe ser considerado tras el magnífico rendimiento de los profesionales que componen la primera plantilla del Valencia, jugadores y técnicos, especialmente de Rubén Baraja.
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No iba a ser fácil, el Valencia se mueve en aguas turbulentas, no por los resultados, que son extraordinarios, sino por la vía que utiliza para lograrlos, dependiendo más de la defensa y de la efectividad, que de los merecimientos, convirtiendo normalmente a su portero en jugador clave casi cada partido, y rezando para que los rivales estén poco acertados en sus remates. Y todo vale, yo valoro todas las formas que el fútbol y la legalidad del juego permiten, pero por favor, valoremos también lo otro, no seamos ventajistas. Esto, obviamente, da para un debate largo y tendido, no siendo posible resumirlo en unas cuantas líneas, pero creo que la idea queda clara.
Es cierto que los nuestros en Mestalla, se comportan de manera diferente, y la mayoría de veces que han obtenido buenos resultados, lo ha merecido, haciéndose muy fuertes en casa. Eso ayuda y contra el Betis de Manuel Pellegrini, esperábamos la mejor versión del modelo de juego valencianista. Entró bien el Valencia al partido, con un ataque más asociativo que de costumbre, recuperando rápido tras pérdida, buenas vigilancias, defendiendo hacia adelante, e incluso creando peligro a balón parado.
Tras ese control local, ya el exvalencianista Isco Alarcón apareció un par de veces para resolver con habilidad y destreza situaciones favorables en ataque para los visitantes, que empezaban a sacudirse el dominio del Valencia. Y poco a poco entraron definitivamente en partido, el gol lo refrendó. Y a partir de ese gol, control absoluto del Betis, el Valencia volvió a su forma habitual, más pelotas largas, más ataque directo, poca posesión y dominados por el equipo andaluz.
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Haciendo referencia al comentario anterior, los dos equipos fueron mejores al rival cuando tuvieron la pelota, atacaron de manera asociativa y jugaron en campo contrario, y por supuesto, sin descuidar principios tácticos defensivos bien empleados para hacer efectiva esa superioridad. Y la flechita va para arriba.
El Valencia acabó perdiendo el encuentro, pero pasan cosas en Mestalla, de manera habitual, que llaman la atención. Comenzó la segunda mitad parecida a como terminó la primera, pero con algo menos de ritmo. Y cuando Pablo Fornals golpeó la pelota en el palo para el segundo del Betis y gol anulado a Cédric Bakambu por hacerle falta a Giorgi Mamardashvili, justo en la continuación de la jugada, córner a favor del Valencia, penalti de Juan Miranda sobre Hugo Duro y empate en el marcador. Pensé que nos lo llevábamos, sinceramente, como muchas otras veces.
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Pero el Betis no se vino abajo, hizo el segundo, con una pizca de fortuna por ese balón rebotado en Jesús Vázquez, y se llevó la victoria. Sufrió los últimos minutos, pero obtuvo los tres puntos. Hay que continuar, quedan dieciocho puntos todavía por disputarse y partidos complicados para todos los candidatos por Europa.
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