Urgente La juez de la dana imputa a la exconsellera Pradas y al secretario autonómico Argüeso

El fútbol ha parado en nuestras vidas. Siempre se dice 'la cosa más importante de las menos importantes' y, cuando se producen tragedias se pone ... de manifiesto la nula importancia del deporte rey. Eso aquí en casa. Pero ¿qué visión se ha tenido fuera? Hoy me permito detenerme en la tragedia desde otros ojos... y, sobre todo, desde otros bolsillos. Lo primero que quiero decir es que esto no es un campeonato de solidaridad; todos los clubes se han puesto, en mayor o menor medida, a disposición de los afectados. La recogida de alimentos en diversos estadios de Primera el pasado fin de semana y las iniciativas durante los días anteriores son todas dignas de agradecimiento. 'El pueblo salva al pueblo' es una verdad como un castillo pero, además, desde todos los pueblos de España. La gente de a pie ha dado una lección desde San Sebastián a Bilbao, desde Madrid a A Coruña. Toneladas de solidaridad. Es la parte bonita de esta gran tragedia. Así que gracias a todos los que han puesto su granito de arena. Muchas gracias. Nunca olvidaremos el minuto de silencio en el Metropolitano o la noche de Champions en el Bernabéu con una senyera gigante presidiendo el Real Madrid-Milan. El orgullo que sentí el martes por la noche, sin ser del equipo blanco, no lo olvidaré jamás. Creo que ninguno lo olvidaremos. Hay momentos de la vida en los que hay que estar en lo emocional y, desde ese punto de vista, estoy muy orgulloso de lo visto y escuchado. Eternas gracias por el apoyo sincero. Pero después del telescopio, es necesario mirar con el microscopio. Se ven cosas diferentes y, desgraciadamente, mucha más crudas y analizables. Como antes les decía, esto no es un campeonato de solidaridad, pero sí hay grados de voluntad. Voy a ser claro: el Real Madrid -protagonista positivo- donó el jueves un millón de euros. Repito, el jueves y de su caja de dinero. Después se sumó el Villarreal y hace poco el Betis también anunció una partida directa. Espero no olvidarme de ninguno. Y luego hay otro tipo de voluntad; el que pone la taquilla de un partido a disposición de los damnificados o el que acoge en sus instalaciones improvisados bancos de alimentos. Obviamente en estos dos casos nada sale del bolsillo de los clubes implicados. Sale de sus aficionados. Es más, háganse una pregunta sencillita: ¿cuánto se recauda en un partido normal de Liga por venta de entradas si los socios no pagan? La cuenta es sencillita. Luego lo comparan con los que han abierto la caja de su dinero -y no del dinero de otros- para solidarizarse con los afectados. Muchas gracias a todos por su desprendida solidaridad. Y, por último, los que mandan. Jugadores y entrenadores han sido claros; ni la Copa ni la Liga se debió jugar. Algunos llorando como Vicente Moreno. Pero ellos no mandan... y tampoco se plantaron. En cambio, no he escuchado -quizá sea cosa mía- a ningún presidente manifestarse en contra de jugar Copa o Liga. Pero, claro, qué iban a decir si el presidente de la patronal decidió que la Liga no se paraba argumentando -en plural- que había que seguir jugando; cantando goles y saltando en las gradas mientras contábamos cadáveres. Dolor y apoyo a las víctimas... pero el negocio no me lo toques. Eternas gracias también por su solidaridad sin límites.

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