Unos minutos después de las nueve de la mañana del martes 29, me asomé al cauce del barranco en la calle Buñol. En la barandilla ... ya estaba Ernesto, protegido bajo un paraguas. Los dos tomamos fotos. En Chiva tenemos la manía de poner los ojos en el cauce cada vez que llueve por encima de lo habitual e informar por los grupos de guasap. En ese momento, caía con fuerza. Imágenes y vídeo para el periódico, para el directo de la DANA.
Publicidad
A las diez, una hora después, llegaron noticias de que el barranco empezaba a desbordarse. Venía con mucha agua por El Armajal y ya no cabía por el embudo del camino del Azagador. Llamé a mi amiga Maite. «Hola, le puedes decir a tus padres que graben un vídeo desde su casa, por favor». Mai se dio prisa y a las 10:37 lo tenía en mi móvil.
El barranco ya bajaba desobediente, dando por bueno el dicho de que el agua siempre busca su cauce. En Cheste, la conocida como rotonda de Lois, ya estaba anegada en las faldas de la fábrica de Federico Félix. El barranco Grande y el de la Cueva Morica cebaron el caudal del de Chiva. A las 11:18 horas, la web de LAS PROVINCIAS tituló: «El barranco de Chiva se desborda y anega campos y viviendas». En el texto, el diagnóstico estaba hecho muchas horas antes del desastre, de la gran catástrofe: «El cauce, a su paso por las calles San Isidro y Buñol va de lado a lado, cuando habitualmente está seco, y el agua baja con fuerza por detrás de la Iglesia camino de la Albufera». Un anuncio de dónde iba toda esa agua, que no debió pillar a nadie desprevenido. No hizo falta ni alertas ni mensajes de emergencia para apuntar lo que se venía encima.
El comunicado de las 12:20 de Emergencias debió de ser el punto de inflexión, pero nadie hizo ni puñetero caso. El titular, contundente: «Alerta hidrológica en la rambla del Poyo». La alerta incluía un aviso definitivo al que ningún político ni asesor hizo caso: «La tendencia es ascendente y se mantienen las precipitaciones en la cabecera». Ese fue el momento clave, el aviso de que bajaba un tsunami. Mi amiga Guadalupe, que vive al lado del cauce en Chiva, me remitió una galería de imágenes a las 13.39 horas: «¡Qué impresión! Y cómo se oye el agua desde mi casa...». No había parado de llover durante toda la mañana con una serenata de truenos encadenados.
Publicidad
Noticia relacionada
A las 14:07, el alcalde de Riba-roja, Robert Raga, me envió un mensaje: «Nos viene agua a tope desde Chiva». La rambla del Poyo, que engullía el caudal de muchos barrancos secundarios, ya mostraba sus funestas intenciones. A las 14:21, Ernesto, que es el portavoz local del PSPV, se volvió a asomar al cauce, a poner la mirada en ese barranco que como un volcán despierta de vez en cuando sin tregua. Me mandó más fotos, preocupado por si Emergencias había pedido al Ayuntamiento activar el plan para prevenir inundaciones. El barranco ya era 'barrancà'.
A las 14:22 horas, LAS PROVINCIAS tituló: «Alerta en el barranco del Poyo: hasta 264 metros cúbicos por segundo y a punto de desbordarse». ¿Cómo es posible que nadie en la conselleria de Interior y Justicia, que todavía dirige Salomé Pradas, se enterara de lo que venía? ¿De verdad que no existe en ese abanico de asesores y técnicos de la Generalitat y del Gobierno alguien con capacidad que se adelantara a los acontecimientos?
Publicidad
A las 16:30 horas, empezó el desastre. Llovió de manera torrencial sin descanso, casi 350 litros por metro cuadrado en tres horas y más de 2.000 metros cúbicos por segundo. Quizá, lo más parecido al fin del mundo. En Chiva, a pesar de los «centenares» de muertos que pregonó la imprudente de su alcaldesa, sólo hay una fallecida oficial y debido a una fatalidad. Los que vivimos aguas arriba conocemos de la capacidad de destrucción del barranco. Los políticos sólo tenían que haber avisado a los de abajo y ponerlos a buen recaudo.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.