Secciones
Servicios
Destacamos
Ni Alberto Núñez Feijóo, ni Cuca Gamarra, ni Miguel Tellado, ni Borja Semper (cada vez que habla, sube el pan) ni Santiago Abascal, ni Pepa Millán... NADIE. Han pasado seis días y ningún irresponsable que pague por el daño causado a las víctimas, al PP, ... a Vox y a todos los españoles que depositamos en ellos la confianza para cumplir representarnos sería y eficazmente en las instituciones y defender nuestra dignidad, cada día más maltrecha como consecuencia de que la Moncloa alberga al mejor representante de Bildu y, lo que es más denigrante, de quienes se cobijan en sus siglas. Les queda confiar en no pagarlo en la ordalía popular de las urnas.
El «error injustificable» como calificó Feijóo el voto positivo de su partido a la ya conocida «Ley Txapote» no debería quedar en simple disculpa, tardía para mayor escarnio. Ni en el PP ni en Vox. Por dos razones esenciales: por dar a Pedro Sánchez la posibilidad de enmascarar su maldad intrínseca, su complicidad con los asesinos más sanguinarios y su ausencia de líneas rojas si de mantenerse en la poltrona se trata, y por el incumplimiento del deber de leer detalladamente la enmienda presentada.
Esa obligación afecta no sólo a diputados y senadores. También a la legión de asesores en los grupos parlamentarios de PP y Vox. Visto lo visto, tenía razón Ramón Palomar al escribir en LAS PROVINCIAS: «...el universo de los asesores suele ser el abrevadero para parentela enchufada, militantes que precisan un sueldo o amigos de la infancia...».
Sé perfectamente que esta especie de felonía propiciada por Sánchez y los partidos que le apoyan se hubiera aprobado igual con los votos en contra de PP y Vox, pero su irresponsabilidad ha hecho un favor impagable a 'su sanchidad', cuya vergonzosa iniciativa se ha visto encubierta y además ha dado armas a Rufián (ERC), para mofarse de ellos y en su cara «al final, son ustedes los que han votado a Txapote».
Si la acción de Sánchez para favorecer a 40 etarras, 64 asesinatos y 380 años de prisión es digna del mayor repudio, a su nivel están las mentiras de los portavoces del Gobierno, Pilar Alegría, y del PSOE en el Congreso, Patxi López, para justificarla. La primera al decir que la Ley contaba con el voto unánime del Consejo de Estado cuando la enmienda fue colada después de que pasara por ese órgano. El segundo, al decir que no se pueden cumplir dos penas por el mismo delito, cuando han sido condenados por distintos delitos en Francia y en España. Ya se sabe. La mentira ha sido la compañía favorita de Sánchez desde su entrada en la política. Así es la vida.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.