La aventura espacial

Una afirmación que el también exministro de Pedro Sánchez expuso en el Foro Periodismo 2030 organizado por Fernando Jaúregui, añadiendo que esa aventura ha hecho posible acciones imposibles de no haberse producido. «El entramado -casi marabunta, agrego yo- de satélites nos proporciona información muy valiosa sobre nuestra geografía, conocimiento de nuestra posición de forma permanente, meteorología, calentamiento de la Tierra... Sin la odisea del espacio no hubiéramos obtenido infinidad de logros o, en el mejor de los casos, los hubiéramos alcanzado mucho más tarde».

Sin esa escalada los ordenadores seguirían ocupando habitaciones enteras. Gracias al viaje a la Luna llegaron los ordenadores minitorizados y la telemetría para, por ejemplo, ejecutar a distancia reparaciones en los satélites, trasbordadores y cohetes, tripulados o no.

De hecho, ese episodio del espacio ha provocado hoy en día una reacción del sector privado, con inversión de miles de millones de dólares. Según Duque por tres motivos: porque mola, porque quieren cambiar el planeta y, especialmente, porque prevén desde su dominio una rentabilidad económica sin precedentes en diferentes y esenciales sectores.

Nuestro astronauta se declaró muy lejano al pensamiento de una buena parte de nuestra sociedad. Mientras él no percibe la posibilidad de que nos mudemos a vivir en otros mundos, la encuesta realizada por encargo del citado Foro señala que algo más de la cuarta parte de los españoles (26%) cree probable las migraciones a la Luna en los próximos treinta años. Más heterogeneidad hay entre los que creen positivo o no un contacto con los extraterrestres. Un 28% se desvela afirmativamente mientras otro porcentaje idéntico lo considera negativo.

Otra cosa es, según Jáuregui, que en los próximos años se establecerá una estación espacial en la Luna y que «de allí saldrá un cohete tripulado a Marte; es cuestión de un poco de tiempo, no más de dos décadas», afirmación que no fue acompañada por la adhesión de Pedro Duque. Así es la vida.