Tenemos una sola prioridad: volver a ganar las elecciones autonómicas municipales y generales en 2027 en toda España» son las palabras de Pedro Sánchez minutos después de ser reelegido secretario general del PSOE, a las que añadió «no desviarse del objetivo que no es otro ... que recuperar el poder territorial perdido en 2023». Más claro, imposible. No se trata de mejorar la sanidad, la educación, la vivienda, los servicios sociales. No. Una sola prioridad, ganar las elecciones en 2027.
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En eso está. En aumentar las bolsas de votos presuntamente favorables a su partido. Para muestra, dos botones, según mi amigo Rogelio: jubilados e inmigrantes. Los primeros, de ocho a diez millones de personas, con el aumento asegurado del IPC de las pensiones sin tener en cuenta las finanzas públicas y aprovechando la imagen, digo la imagen, del PP de estar en contra.
A los segundos, con su nacionalización masiva. Mi amigo se remite a las cifras. Un total de 243.481 personas consiguieron la nacionalidad española por residencia en 2023. El grupo más numeroso fue el de mujeres entre 35 y 49 años, y los países de origen más frecuentes Marruecos (45.799), Venezuela (36.409) y Colombia (20.380).
Muchas veces por orden de la Dirección General de Inmigración se conceden nacionalidades sin cumplir la Ley como saber el castellano y sin comprobar la renuncia a la nacionalidad de origen en el caso de países sin convenio de doble nacionalidad, como Marruecos.
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Si la dinámica continúa, España contará en 2027 con un millón de votantes más de procedencia extranjera. La gran pregunta ¿a quién beneficia? Rogelio no tiene ninguna duda: a Pedro Sánchez o, al menos, éste así lo cree. Al parecer, el único que se ha enterado de la maniobra es el líder de Vox, Santiago Abascal, que denunció: «regalan lo más preciado que tenemos, nuestra nacionalidad, a muchos que ni pueden ni quieren integrarse y, de paso, alteran el censo electoral».
Evidentemente, la solución no puede ser simplemente cerrar las fronteras, sino gestionar la inmigración de manera adecuada y humana mediante procesos de regularización y facilitar la inmigración legal, permitiendo que quienes llegan a España puedan acceder a trabajos dignos y seguros.
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En España, la necesidad de inmigración para el mantenimiento de sectores productivos es innegable. Nuestro país, con una población envejecida y un crecimiento vegetativo negativo, se enfrenta a un grave problema demográfico. También es verdad que la inmigración ilegal conlleva riesgos. Según Europol, el tráfico de migrantes es una de los principales ingresos para el crimen organizado en Europa, y las víctimas terminan explotadas en trabajos forzados, prostitución o economía sumergida. Así es la vida.
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