Urgente Mazón desvela que llegó a las 20.28 horas al CECOPI la tarde de la dana

Existen sólo tres opciones. Así que hay que elegir para entender o poder entenderlo: O la Generalitat/ Conselleria de Cultura no sabe muy bien qué ... hacer en el área de Cultura; no encuentra gente con la que poder trabajar porque nadie se atreve visto el panorama y el color político que ha tomado el asunto, o ve el futuro gris marengo y directamente le da igual. Pero a este paso lo van a dejar todo arrasado. Y no es porque cualquier tiempo pasado hubiera sido mejor, más bien teledirigido a lo amigos que han dejado esta realidad impertinente, sino porque el presente/futuro pinta tan oscuro en el horizonte como demuestran los altos cargos fichados hasta ahora para el área y sus diferentes departamentos y silencios. O sea, miedo infinito o simple desconocimiento de gestión y sociedad.

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Pues no le han quitado competencias de tapadillo a nuestra Secretaria Autonómica porque no daba más de sí. Gestionar al margen de la realidad por la inercia sureña tiene esos contratiempos.

Así que vamos a prepararnos para ser testigos de una de las aventuras culturales más surrealistas conocidas o más bien desconocidas hasta ahora. Va a ser de traca. El desconocimiento conduce al atrevimiento, o liquidar al amanecer a quienes unas semanas antes se habían elegido, es incoherencia. Por no hablar de maniatar museos y dejarlos al albur de su destino. De lo demás, mejor no hablar.

Esto de la política casera ya sé que hoy no es lo importante y menos aún como están las cosas. Hay otras prioridades. Pero abandonar o sentenciar la historia conduce a la nada, que es hacia donde vamos, un limbo de intereses políticos cruzados. Mal pinta todo en años venideros después de la dana. Con lo fácil que debe de ser armar una política de intereses unitarios y lo difícil que algunos lo ponen. Es nuestro espejo. Qué callados públicamente estáis los vividores cuya generación languidece. Ahora ya no sirve el proyecto ni los denominados concursos de méritos. Tanto rollo para acabar en lo de siempre. Volvemos al principio, como en el juego de la oca. Al dedo.

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