Feijóo ficha a los asesores de Hernández Mancha

En aquella etapa Hernández Mancha tendría, seguro, asesores que le recomendarían cómo conducirse en tanto que líder del partido fundado por Manuel Fraga. Cabe responsabilizarles a ellos de una gestión, la del entonces líder de AP, plagada de errores, patinazos y rectificaciones. Que por eso y no por otra cosa Manuel Fraga tuvo que recuperar las riendas del partido muy poco después.

Es posible que Alberto Núñez Feijóo haya recurrido a alguno de aquellos asesores de Hernández Mancha, porque esa estrategia suya de acelerar cuando hay que frenar, y viceversa, viene generando verdadero desconcierto en su partido.

Feijóo no ha dejado pasar la ocasión de hacerse inentendible, una vez más, con motivo de la DANA que ha roto la provincia de Valencia. El líder del PP visitó Valencia el pasado 31 de octubre, el mismo día que lo hizo el presidente del Gobierno. Ese día, con la conmoción todavía en los ojos de todos, Feijóo culpó al Ejecutivo central: «Había más preocupación por los medios públicos y su control (en alusión al decreto de RTVE) que por las personas que aquí estaban en una situación límite», señaló con un ojiplático Carlos Mazón a su lado. Vale que Sánchez ha hecho de su gestión un modo de controlar cuantas instituciones y entidades ha podido, pero quizá señalar de esa forma y con tanta celeridad al presidente del Gobierno, resultaba aventurado. Trazo grueso, que se dice.

Este pasado lunes, Feijóo volvió a la carga. Y para desconcierto del PP valenciano no tuvo mejor idea que reclamarle al Gobierno la declaración de emergencia nacional. ¡Toma ya! Uno de sus presidentes autonómicos haciendo frente, como puede, a una tragedia histórica, de dimensiones gigantescas, y la propuesta del líder de su partido es apartarlo de la gestión de la crisis. Pues con amigos como éste... Vale que a Mazón no lo buscó Feijóo como líder del PPCV, pero igual una cierta consulta de propuestas de ese estilo no habría estado de más. Por coordinarse, ya saben.

Feijóo viene interrumpiendo de esta manera la carrera que se empieza a apreciar entre algunos ministros del Gobierno por ponerse el primero en la línea de sucesión de Pedro Sánchez. Con el presidente recibido de forma escasamente amigable allá por donde va -ya no hablamos de los asuntos judiciales de todos conocidos-, se aprecia entre algunos ministros una cierta voluntad de situarse bien, no sea cosa que el candidato del PSOE para las próximas elecciones generales no sea el actual inquilino de la Moncloa.

Óscar Puente, ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, es de los miembros del Gobierno que mejor viene rentabilizando su actuación a la hora de adoptar medidas y disponer de medios en la zona más gravemente afectada por la riada. El Puente gestor ha apartado de un plumazo el Puente gamberrete aquel que primero fue portavoz de la ejecutiva del PSOE, y después fue el elegido para dar replica a la investidura de Feijóo.

Puente se explica de forma correcta, adopta las medidas adecuadas y se muestra colaborativo al máximo. Lo que toca, claro está. Su imagen viene mejorando a la carrera -reflejan las redes sociales- y el crédito político del que disponía como alcalde de Valladolid parece recuperarse casi a la misma velocidad que se empequeñece la imagen de Sánchez. No obstante, en esa carrera por situarse en el 'por si acaso Sánchez no se presenta' la primera de la lista, quizá la única, es María Jesús Montero.