Las primeras piezas llegaron ayer a la Exposición del Ninot. En muchas de esas creaciones ya pudimos descubrir que este año va ser imposible separar ... la fiesta de la tragedia vivida hace ahora tres meses. El barro y sus derivadas salpican muchas de las propuestas que vimos entrar. Y esa va a ser la tónica. Valencia y muchos pueblos vivirán este año unas fiestas desconcertantes y agridulces. Habrá ganas de disfrutar, pero mucha amargura dentro. Y habrá que estar a la altura y saber hacer equilibrios en cada evento. Todos: comisones, Junta, Ayuntamiento... Las Fallas no pueden parar. Son necesarias para la ciudadanía, en general, y los falleros, en particular. Y, sobre todo, son imprescindibles para dinamizar la economía de una ciudad que ha de volver a su efervescencia habitual. Aunque eso no debe implicar olvidarse de las heridas aún abiertas, de las dudas que quedan por zanjar y de que la reconstrucción total sigue pendiente. No hay fuego que borre lo vivido, ni que imponga el olvido. De un sorbo y sin azucarillo.
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