El éxito de la buena gente
Decía Oscar Wilde que, cuando era joven, admiraba a la gente inteligente y que, cuando se hizo mayor, admiró a la gente buena. LAS PROVINCAS ... entregó ayer los premios Historias Con Delantal. Unos reconocimientos que ponen en valor nuestra gastronomía de forma calidoscópica. Los galardonados: Bernd H. Knöller y su Riff; Germán y Carito, de Fierro (entre otros); los emergentes Barbaric y Xaruga; los cafeteros Foc, y el Forn Bauxali de Picanya. Todos tienen en su ADN una historia forjada con valentía y esfuerzo. Proyectos que han crecido con la inteligencia que nutre la experiencia, la tenacidad y la pasión. Aunque su verdadero éxito está en que, quienes están detrás, son buena gente. Porque, cuando alguien que tiene como misión servir a otros -desde un horno, la sala de un restaurante, una cocina…- lo hace partiendo de ser buena persona, el éxito está asegurado. No serlo, no ser honesto y humilde, es sinónimo de fracaso. También en la política. Y el periodismo, claro. De un sorbo y sin azucarillo.
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