Quizá la respuesta a esta pregunta esté más que clara al entender de los simpatizantes de ese partido. Vox, dirán, es el único partido que defiende los intereses de España, que no tiene complejos, que llama a las cosas por su nombre y que no ... le compra el discurso a la izquierda. Vale, es una posibilidad. Pero la pregunta no es tanto qué es Vox, como qué quiere ser. Lo que es, aquí en la Comunitat, puede explicarse con su posición institucional en las administraciones públicas: socio del Consell que preside Carlos Mazón y del gobierno municipal de María José Catalá, y apoyo sin formar parte del equipo de gobierno en la Diputación de Valencia, amén de la correspondiente presencia en la política municipal. Muy bien. Pero ¿qué quiere ser? Es decir, ¿a qué aspira? Quizá el partido de Santiago Abascal se sienta cómodo en ese papel de antagonista de la izquierda. Es posible que la aspiración sea blindar un segmento del electorado -llamémoslo la derecha más dura, o radical- que de alguna manera propicie una representación institucional para este partido que se convierta en imprescindible para que el PP llegue a la mayoría absoluta. Podría pensarse que esa es la situación actual. Las últimas elecciones generales las ganó el PP de Feijóo, pero el condicionamiento de tener que recibir el apoyo de Vox alejó cualquier acuerdo con el resto de formaciones políticas. Y el resultado, como es sabido, fue la investidura de Pedro Sánchez. No parece, a la vista de la defensa de posiciones políticas tan alejadas del respaldo de la mayoría de los ciudadanos, que el partido de Abascal esté pensando en competir con el PP -más allá de que en las elecciones catalanas de este domingo una y otra formación se disputen las migajas- por ocupar un espacio electoral mayoritario. Suele decirse que las mayorías se dirimen en el centro político y Vox no es precisamente ejemplo de ese tipo de posiciones.
Publicidad
De manera que Vox parece cómodo en la posición actual, en un discurso digamos 'sin concesiones'. Abascal es la principal referencia de un barco que ha tenido que renovar algunos liderazgos, como el de Espinosa de los Monteros o el de Ortega Smith, y en el que los 'duros' -identifican como tal a Jorge Buxadé- juegan un papel principal. El síndrome de Peter Pan explica algunos comportamientos psicológicos de personas que se niegan a asumir que han crecido y que ya no son niños, y que mantienen actitudes casi de gamberro. Vox parece arrastrar ese síndrome. Le viene a dar igual sacar cinco escaños arriba o abajo, o dirigir tres consellerias o cuatro. El interés parece más dirigido a marcar la agenda política. Pero no tanto porque impulse novedosas iniciativas en sus ámbitos de actuación, como por mantener discursos radicales en debates tan significados como la violencia de género, la promoción de la lengua o la orientación sexual. En el caso de la Comunitat, y con la honrosa excepción del titular de Agricultura, José Luis Aguirre, el resto de representantes de esta formación en administraciones públicas vienen mostrando una proverbial facilidad para generar incendios -o para pisar charcos, si se prefiere-. Circunstancia que, a ojos de la dirección nacional del partido, seguramente sea considerada de forma positiva. Pero está por ver qué rentabilidad electoral le puede dar en el ámbito de la Comunitat Valenciana. Porque una cosa es considerar que a Feijóo le falta energía -pensamiento que el resultado en Cataluña puede contribuir a acentuar- y otra muy distinta creer que la habilidad política de Carlos Mazón, o la determinación de María José Catalá, no acabarán comiéndole el terreno electoral a sus socios de gobierno.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.