La caza, pasión rural que honra nuestra tierra
LORENA MARTÍNEZ, PRESIDENTA DE LA FEDERACIÓN DE CAZA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA
Domingo, 18 de agosto 2024, 23:10
Secciones
Servicios
Destacamos
LORENA MARTÍNEZ, PRESIDENTA DE LA FEDERACIÓN DE CAZA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA
Domingo, 18 de agosto 2024, 23:10
La caza es una actividad que despierta pasiones encontradas y, a menudo, suscita controversia. Sin embargo, detrás de la imagen estereotipada del cazador que muchos ... tienen, existe una realidad que merece ser reconocida y que muchos desconocen. Como ingeniera de Montes y presidenta de la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana, con más de 36.000 cazadores federados apoyándome desde hace algo más de dos años, mi compromiso es visibilizar el importante papel que desempeñan los cazadores en nuestra sociedad. El objetivo de nuestra Federación no solo es defender sus intereses, sino también lograr el reconocimiento que merecen.
Más de 16 millones de euros es lo que demuestra su compromiso con la naturaleza. En promedio, cada cazador de la Comunidad ha invertido 308,13 euros en mejoras ambientales durante la última temporada. ¿Qué defensor de la naturaleza puede decir lo mismo?
El cazador moderno es, ante todo, un gestor del medio ambiente. Lejos de la visión simplista que se suele tener de él, desempeña tareas fundamentales. El esfuerzo de los cazadores en la limpieza de bosques es vital para prevenir incendios forestales, ya que colaboran en la creación de cortafuegos y el control del material combustible, protegiendo así los hábitats naturales. También instalan comederos y bebederos durante épocas de sequía, asegurando la supervivencia de la fauna. Estas acciones benefician a la vida silvestre, preservan la biodiversidad y mantiene los ecosistemas.
La caza también tiene un componente social y cultural que no debe ser ignorado. Para muchos, es una tradición familiar que se ha transmitido de generación en generación y forma parte de la identidad y el patrimonio cultural de nuestra región. Como presidenta de la Federación, me siento orgullosa de ser cazadora, ser de pueblo y continuar con la tradición cazadora de mi familia. Ser de Enguera, un pueblo rural con un gran legado natural es un privilegio que recuerdo todos los días.
Puntualizar mi procedencia responde a trasfondos e intangibles mucho más complejos, casi vitales. Es el resorte que me permite abordar desde la consecuencia y el conocimiento los problemas de un mundo rural que con demasiada frecuencia es desconocido.
Ser de pueblo, como la mayor parte de nuestros cazadores, justifica nuestra concepción de la naturaleza y también unos valores y unos principios como la humildad, solidaridad y cooperación, forjados en la honestidad. Principios emanados de la necesidad ancestral de sobrevivir en unas tierras tan bellas como hostiles, tan ricas como duras, que han perdurado hasta nuestros días.
De nuestra cercanía con los montes hemos aprendido la reciprocidad de nuestra coexistencia. Su uso como recurso nos resulta tan cotidiano como su defensa como patrimonio propio. Por ello concibo como naturales y necesarias las labores de gestión y aprovechamiento como la caza, la apicultura, el pastoreo, la extracción de madera o la recuperación de terrenos agrícolas. Por ello adquirí desde pequeña la plena consciencia de que, puntualmente, nuestros intereses económicos y sociales pueden colisionar con los problemas emanados de la proximidad del terreno forestal y los procesos y ciclos ecosistémicos inherentes a su presencia. Es el caso de la sobreabundancia de fauna silvestre y los daños que ocasionan a la agricultura, o del avance de la vegetación arbustiva colonizando el característico mosaico agroforestal de nuestra sierra.
Esta perspectiva me permite abordar mis objetivos profesionales desde un enfoque territorial de valor inmensurable, que aprecio y agradezco cada vez que me enfrento al reto de explicar a personas oriundas de las ciudades aspectos como por qué, en un determinado momento, no sólo es justificable sino imprescindible controlar una población de jabalís.
La percepción urbanita del monte como paisaje y zona de recreo es respetable. Casi comprensible desde su contexto. Pero ajena a la realidad rural. Es vital que la sociedad comprenda que la caza no es un acto de destrucción, sino una forma de intervención necesaria para el mantenimiento de ecosistemas. Nuestro propósito es que se reconozca la figura del cazador como un aliado indispensable en la protección del medio ambiente.
Es imperativo que se valore la contribución de los cazadores. Su papel silencioso salva vidas humanas y protege nuestro entorno natural. La labor de los cazadores es una pieza clave en la gestión de la biodiversidad y en la prevención de riesgos. Desde la Federación, seguiremos esforzándonos y avanzando para que esta realidad sea comprendida y apreciada por todos, asegurándonos que la voz de los cazadores de la Comunidad Valenciana sea escuchada y respetada por todos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El Cachorro entrega a Roma la procesión de todos los tiempos
ABC de Sevilla
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.