Hierbas y plantas

En Valencia la tradición data de siglos, porque la tierra es pródiga en hierbas medicinales, y aunque se considera la sierra Mariola el más importante vivero, merecen atención las cumbres, estribaciones de cordilleras, bosques, colinas que se extienden desde Benicadell a la sierra de Espadán.

Del centenar de tiendas dedicadas a la herboristería en Valencia y actualmente a productos de dietética, la más antigua es la de Navarro; se remonta a la guerra carlista. Cambió de local muchas veces, pero se acumuló experiencia al pasar de generación en generación y conservando toda la sabiduría en cuadernos donde es fácil leer: «El tilo se toma en tisanas muy poco concentradas como estomático, después de comer». «Para el mal aliento tisana de melisa, que ya utilizaban en la antigua Grecia», entre otros apuntes.

Entre las supersticiones, se sugerían para el mal de ojo, el espliego, el hisopo y la angélica; como afrodisíaco tomada con vino y miel.

Las chicas que quieren adelgazar confían en las tisanas de sen, cola caballo, te, fucus y galluba mientras que los hombres que desean multiplicar la virilidad recurren al ginseng rojo, la raíz utilizada ya hace 5.000 años en los primeros herbarios chinos. No faltan los hombres de mediana edad adictos al bálsasmo El Tigre.

No hay que extrañar nada, cien y doscientos años años atrás, se creía ciegamente en las cualidades del agua de lluvia, en el poder de la Luna, la clara de huevo, la cera virgen y la manteca de oca. Sabido es que la fe no tiene límites y en las aldeas y pueblos del interior, creen y utilizan la manzanilla para sanar dolencias y tristezas.