Urgente La jueza de la dana imputa a la exconsellera Pradas y al exsecretario autonómico Argüeso

Despedimos la semana política al abrigo de dos términos que la resumen: imbatibles y fachosfera. Al primero, ya usado por Sánchez cuando sentenció que un ... chuletón «es imbatible» sumamos hoy a los tomates patrios lanzándole un idem dialéctico a la exministra francesa Ségolène Royal. Y por una vez, tengo que darle la razón al presidente y más si habla de los del Perelló, Rafelguaraf o Mutxamel. Por el contrario, con su obsesión de englobar a todos sus críticos -jueces, periodistas, incluso dirigentes de su partido- dentro de su fachosfera, vuelve a dejar desnuda su impudicia argumental.

Publicidad

Porque veamos, para el señor Sánchez todo aquel que desde cualquier tribuna ose en criticar sus cesiones a separatistas vascos y catalanes hay que situarlo en una derecha radical que debemos frenar en su avance por bien de España ¿Y qué es si no Junts per Catalunya? Pues un movimiento de tintes sectarios que da cobijo a los vástagos de Jordi Pujol y a los populistas de derechas de Convergència i Unió.

Pero hay más en el JxCat de Nogueras, Puigdemont, Borrás y Torra. Son antieuropeístas, mesiánicos y xenófobos, como recuerda la hemeroteca con aquel «mora de merda» dedicado a una diputada de ERC. El mismo desprecio y discurso contra la inmigración que extienden también a los catalanes castellano parlantes que no son «gent de casa». Todo muy progresista y de izquierdas ¿verdad? Lo mismo que tener flirteos con el NVA flamenco (derecha- derecha), el belga Vs (extrema derecha) o coqueteos -y ya veremos si algo más- con el sátrapa de Putin que investiga el juez Aguirre.

Para Sánchez, al que critique sus cesiones al separatismo hay que situarlo en la derecha radical

Y como no seré yo quien se atreva a llamar al orden a todo un presidente del gobierno, solo recordaré sus mismas palabras en 2018 refiriéndose a Junts como el regreso del racismo y la xenofobia a nuestras instituciones o llamando a Quim Torra (de Junts), y a la sazón el presidente catalán, «el Le Pen de la política española». Y aquí lo vemos hoy, señalando a jueces, periodistas y a PP y Vox mientras él se asegura la Moncloa dejándose manejar como un títere, sometido a los caprichos y prebendas de una minoría «fachosfona» radical y mesiánica que desprecia los procesos democráticos y que somete a su militancia a la única voluntad de sus líderes como el populismo de la derecha extrema de Trump, Bolsonaro o Milei.

Publicidad

Estos son los socios a los que se abraza Sánchez. Una esquizofrenia argumental la suya, que ya describió Séneca siglos atrás con ese «haz lo que yo digo, no lo que yo hago». En breve, alcanza la maestría.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad