Octubre llama a la puerta y en el 786 aniversario de la reconquista de la ciudad, el calendario ha querido que el carácter reivindicativo sea más notable que en años anteriores. Y no solo porque rendiremos homenaje a nuestra autonomía y a la figura de ... aquel Jaume I que cruzó los muros de Valencia para liberarnos del sometimiento, sinó porque el president de 5,3 millones de valencianos cruzará el 4 de Octubre otras lindes, las del palacio de la Moncloa, y para exigir otra liberación, la de un sistema de financiación que nos lleva asfixiando desde hace más de quince años.
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Licencias (y provocaciones) creativas a parte, a nadie se le puede escapar que el reparto de la caja común es el eje sobre el que pivotan todos los asuntos de la política nacional. El famoso cupo o «cuponazo» como se denomina a la décima genuflexión del gobierno de Sánchez ante el independentismo, puede suponer -de aplicarse- la ruptura de los principios de solidaridad e igualdad entre los españoles y la quiebra de las normas que nos dimos entre todos. Un principio, el de «quien más tiene menos contribuya», que a Mazón le parece una broma de mal gusto.
Hay límites que el buen gobierno aconseja no rebasar y más si se hacen a cambio de alcanzar o mantener un cargo. Como que delincuentes sentenciados te impongan un modelo de Código Penal, una Ley de Amnistía, le marquen el paso al CNI o impidan la aprobación del techo de gasto y los presupuestos generales del Estado, convirtiendo Cataluña ya de paso, en una suerte de paraíso fiscal. Peajes que merman la caja de otras 16 regiones y que no debieran normalizarse tan a la ligera. De ahí que sorprenda, con la que está cayendo, que en el mes de los valencianos por excelencia, la Plataforma per un Finançament Just de la CV ande tan parada. De aquel bloque que movilizó a 60.000 valencianos en la época de Rajoy, y bastantes menos en la segunda -ya con Sánchez gobernando- nadie sabe muy bien en qué queda hoy.
Si en 2021, UGT, CCOO, CEV, PSPV-PSOE, PP,Ciudadanos, Compromís y Unides Podem se manifestaron juntos para exigir un modelo de financiación, equitativo, solidario y justo ¿que ha mejorado tres años después para que ese bloque compacto no vuelva a presionar?. Nada. Y menos ahora cuando nadie duda que la valenciana es la autonomía peor financiada de toda España. Sin embargo la «mayoría social» que sustenta a Sanchez no traslada de manera rotunda su apoyo al titular del Consell en este asunto. Apuestan por una quita -un perdón- de 10.000 millones de euros sobre los 57.000 qué debemos y no, por tener un nuevo modelo solidario y justo de base. Obviarlo es no saber, o no querer... hacerse valer.
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