Se cumplió el guion previsto. Carlos Mazón hizo lo que correspondía como presidente de los valencianos: acudir a la llamada del presidente del Gobierno. No cabía otra opción, ni por respeto institucional ni por deber. No se presentó como líder regional del PP, ni fue ... recibido por Sánchez en calidad de secretario general del PSOE. En consecuencia, no hay lugar para lecturas partidistas. Lo más sensato es ceñirse a la moderada satisfacción expresada por el cap del Consell . Puede que estemos en el punto de partida del buen camino pero de momento no hay nada tangible. Y ya sabemos de la volatilidad de la palabra de Sánchez.

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Se impone ser cauteloso con un jefe de Gobierno que ha tardado 16 meses en sentarse a hablar con el president evidenciando de este modo que resolver la infra financiación que sufren los valencianos desde hace más de 20 años, no es un asunto prioritario. Y más si tenemos en cuenta su penúltimo movimiento: la vergonzante retirada del PSPV -ordenada por él y ejecutada por Diana Morant- de la Plataforma per el Finançament, el único frente común de toda la sociedad valenciana al completo -partidos, empresas y agentes sociales- reclamando los 60.000 millones que faltan en la Comunitat. La 'líder' del socialismo valenciano anteponiendo los deseos de su jefe a las necesidades de la autonomía que aspira a presidir. Cuando más firmeza se requiere ella mas se encoge. Prodigioso.

Así que a pesar de las declaraciones positivas de Mazón y de su mano tendida -«no quiero judicializar la relación con el gobierno», «hay puntos para avanzar conjuntamente» y «he notado receptividad» tras haber logrado el compromiso de solucionar varias de las 56 reivindicaciones que llevaba bajo el brazo- ningún indicio invita a creer en una voluntad real por igualar el trato hacia todas las regiones y autonomías de España ni se atisba el fondo de nivelación en el corto plazo. Un escenario que nos deja preguntándonos si realmente hay un compromiso sincero por parte del Gobierno central para abordar las necesidades de la Comunidad Valenciana, o si, por el contrario, el diálogo se ha convertido en una mera formalidad y en una estrategia más.

Acierta el titular de la Generalitat cuando anuncia una actitud vigilante

Y algo de eso debe haber con estas reuniones bilaterales ideadas desde la factoría de Moncloa para romper el frente común que han creado todas las autonomías gobernadas por el PP ante los peajes exigidos por ERC para mantener a Sánchez en el poder. Acierta por tanto el titular de la Generalitat cuando anuncia: «Mi actitud a partir de ahora va a ser de vigilancia a ver si es cierto todo lo que se me ha dicho». Obras son amores y no buenas razones.

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