La ausencia de Roca Rey

Por lo tanto, su ausencia en la Fira de Juiol, que se está celebrando estos días, no deja de ser un sentido agravio. Puede que la feria valenciana, que en tiempos fue la primera del calendario taurino, en la actualidad esté sufriendo el cambio de hábitos de la sociedad, pero no menos cierto es que en los momentos difíciles es cuando todos los que tienen responsabilidades directas para lograr una mejoría, sean empresas, apoderados o los propios toreros, tienen el deber de poner los medios adecuados. Cuando se estaban fraguando los carteles del ciclo referido y se rumoreaba la ausencia de la figura peruana, salí -en primera persona, que quede claro- a la palestra pidiendo que reflexionaran las partes y que se pusieran de acuerdo, sobre todo, el torero por ser la gran figura del momento que reclaman los públicos.

Sus actuaciones en tantas plazas, siendo la de Pamplona donde una vez más ha vuelto a poner de acuerdo a tirios y troyanos, han provocado que vuelva a insistir en que su ausencia duela sobremanera. En las figuras y en sus mentores, cuando tienen la dimensión de este Andrés, están de más los tacticismos cuando una plaza como la de Valencia le necesita.