Todos sabíamos que Lim es un triturador de personas. Los tritura profesionalmente si están bajo su yugo empresarial o los tritura sentimentalmente como hace con ... el valencianismo. Hace muchos años -y muchas víctimas- que conocemos al personaje. Marcelino habló del cangrejo y fue despedido tras ganar la copa. Alemany fue detrás. Gracia pidió marcharse al sentirse engañado y Bordalás rompió con el club en su primer mercado invernal. Son solo algunos ejemplos recientes de cómo triturar empleados sin razón ni corazón. A la afición no puede despedirla pero sí puede intentar destruirla con dañinas decisiones. Y así está triturando también a cientos de miles valencianistas que ya no le toleran ni soportan. Una venganza muy oriental.
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Baraja es la última víctima; lo mejor que le ha podido pasar a Lim desde Mateo Alemany está empezando a asomar la patita del hartazgo. Ningún entrenador ha sentido tanto el club como él y ninguno le ha sacado más rendimiento a una plantilla con menos. El VCF no está en segunda por el Pipo y no sufrirá por seguir en primera este año también por él. Y, en lugar de premiarle con la mano izquierda que solo tuvo con Nuno, Lim mantiene firme su posición de tratar sin piedad a este club centenario. Da igual si Baraja ha salvado a su empresa de la quiebra con un descenso. Da igual si ha aceptado con elegancia los ninguneos del verano. Da igual si está en la pelea europea en lugar de la del descenso. A Peter Lim le da todo igual. Y, por supuesto, le da igual Baraja.
El Pipo va camino de ser la última víctima del triturador. La salida de Paulista únicamente por dinero sin un recambio, el frustrado fichaje de Carlos Vicente por no gastar 600.000 euros y la venta de Koba para no reinvertir no son más que otra sesión de cacicadas ya vividas. El VCF es para Peter, como dice mi buen amigo José Manuel Alemán, una hoja de excel en la que cuadrar números y balances. El fútbol le importa un pimiento. Pero, claro, a Baraja no. El Pipo llegó con el conocimiento cristalino de quién es Lim y, por tanto, no se puede sorprender de lo que hoy le está pasando. Se puede enfadar e indignar como todos los anteriores, pero nunca sorprender. La gran diferencia con todos -salvo Marcelino- es que él empieza a manifestarse triste y cansado de cacicadas tras demostrar que es el entrenador ideal para el VCF... y para el propio Lim. Ha dado muestras de su valía como técnico, ha dado valor -deportivo y económico- a la cantera y tiene talante conciliador fruto de su amor por el club. Nadie tendrá esas virtudes para dirigir este Titanic sin hundirlo. Y, quizá por ello, hemos empezado a escucharle hablar de proyecto y renovación condicionada a un cambio de rumbo del propietario. Porque Baraja no es tonto. Y, mientras él suspira por devolver al VCF su grandeza deportiva, Lim le saca a Paulista por dinero, no le traen a Carlos Vicente casi gratis por dinero, y no le conceden a Rafa Mir cedido a precio de ganga por dinero. Van por carreteras opuestas. El jugador del Sevilla, que estuvo en la cantera de Paterna, puede ser el último eslabón para romper la cadena que une a Baraja con el Valencia de futuro. Y en el club lo saben. Mientras el 'Pipo' Baraja rema con todas sus fuerzas a favor Peter Lim, Layhoon Chan y Miguel Ángel Corona agarran fuerte el bote por detrás para que no avance. Y eso es insostenible para cualquiera. O sueltan amarras los del eslabón perdido o podemos estar ante un nuevo punto de no retorno con otro entrenador. El clavo que le falta a la tapa del Valencia de Peter Lim.
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