La okupa de Menorca

Me pregunto que pensarían estos yanquis si conociesen el caso de la okupa de Menorca. La tía ha okupado un casoplón estupendo porque «ella se lo merece», y así lo ha publicitado muy desahogada en las redes. Conoce nuestras, en estas situaciones deplorables, leyes, de ahí que, a la policía o a los se quejan les manda a «ver al juez». Sabe que puede apalancarse de gañote en esa mansión, y se aprovecha de las ventajas. Pero esta mujer es un verdadero fenómeno, un compendio de virtudes, una oportunista profesional, una perla del Turia y un águila del caradurismo. La acaban de trincar conduciendo su BMW, sin carné de conducir y fertilizada de cocaína. Vamos, que tiene dinero para el coche y su gasolina, y también para el combustible que aspira vía nasal para aplacar sus instintos crapulescos. Dispone de pasta para todo eso pero no para alquilarse un pisete. Bienvenidos a España y a su seguridad jurídica. Aterrizó la ley de Vivienda hace un año, hay 50.000 pisos menos en el mercado del alquiler y, además, el precio aumentó un 10%. No me extraña que los propietarios no arrienden con el ejemplo de la tiparraca de Menorca. Y resultará difícil que la expulsen de su paraíso adquirido por la fuerza y el morro. La okupación va por un lado y sus excesos de velocidades de motor y de cuerpo, por otro. Seguimos para bingo.