Secciones
Servicios
Destacamos
En el concesionario de una afamada marca de coches luce este prometedor letrero comercial: «Completamente cargado cada mañana». Es decir, que de partida se aclara al potencial comprador que no tendrá problemas; llegará a casa, enchufará el auto donde corresponda, irá a relajarse a lo ... que más le convenga y al día siguiente, cuando se levante, tendrá la batería a tope para afrontar otra jornada sin problemas. Naturalmente es un eslogan que se dirige a un estrato de población claramente de salida: la que puede disponer de enchufe apropiado para realizar esa carga, bien en su casa o en el garaje, cosa que excluye a una mayoría de usuarios que viven en pisos y dejan el coche en la calle o en sitios a cubierto sin capacidad de carga por ahora; se han de conformar por tanto con ir a cargar donde puedan, en escasos públicos o privados que aún son escasos, o bien renunciar a cambiar el vehículo por otro electrificado, que es lo que mayoritariamente pasa.
El resultado es que las ventas de coches eléctricos no van como quisieran autoridades y fabricantes. Los precios son caros, pero no es solamente el precio, sobre todo está la incertidumbre de la carga, el miedo a quedarse colgados, el no tener seguro que, en caso de necesidad, cargarás en un periquete, como se hace ahora con la gasolina o el gasoil. Si se sacan cuentas, la diferencia de coste se puede amortizar con la diferencia a favor del consumo eléctrico, mucho más barato que el combustible, pero si no vas a emprender tranquilo un viaje a Lugo, ni a dar una vuelta por Cuenca o Albacete...
El presidente de la asociación de fabricantes de coches, Anfac, Wayne Griffiths, que es también presidente ejecutivo de Seat-Volkswagen, ha dimitido del cargo colectivo por la inacción del Gobierno en todo lo referente al coche eléctrico. Ahí están las ayudas, apoyos a la industria, etc., pero sobre todo, según ha dicho, la falta de actuaciones para multiplicar las estructuras de distribución eléctrica, algo esencial para facilitar las operaciones cotidianas de las cargas. Si los potenciales compradores de coches eléctricos, que al final somos todos, no tenemos certidumbre en cómo y dónde cargar, con facilidades cercanas a lo usual de los combustibles actuales, no cambiamos de coche, seguimos con los de combustión para andar tranquilos. En consecuencia, los planes de electrificación se frustran, las inversiones se adormecen y las intenciones oficiales chocan con las empresariales. La fecha mágica de 2035 queda en entredicho. La propia Volkswagen va a fabricar nuevos motores de combustión, porque tendrá que seguir con el negocio y dar satisfacción a millones de clientes que están alargando la vida de coches que ya tendrían que estar jubilándose. Y entre tanto, la Ford anuncia despidos porque la sustitución deseada no se produce, y una mayoría de ciudadanos nos preguntamos: ¿Qué coche me compro?.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.