Después de las tractoradas

Mientras las formaciones agrarias convencionales tienen problemas para movilizar manifestaciones multitudinarias, como antaño, han funcionado otros resortes que sí logran sacar a calles y carreteras gran número de agricultores, ganaderos y tractores que han hecho mucho ruido. Frente al 'cansancio' entre la gente del campo por acudir a este tipo de convocatorias, achacándose muchas veces que no se consigue nada, que siempre es lo mismo o parecido; o para qué perder tiempo, con el trabajo pendiente de unos y otros; se ha demostrado que cuando han sonado los llamamientos desde otros puntos, sí que ha habido respuesta clara, desbordando y superando a las obligadas convocatorias clásicas. Posiblemente haya sido por la novedad, o por alguna rara esperanza en que fuera distinto, al ser otros los convocantes.

En todo caso, esto debería servir para que las organizaciones agrarias analicen en qué pueden estar fallando para perder capacidad de convocatoria frente a otras fuentes. Convendría corregir y reenfocar actuaciones, estrategias y enfoques que pueden haber quedado fuera de juego. Porque la verdad es que las organizaciones agrarias son necesarias. Las que hay o las que pudieran venir, pero con solidez, con gente preparada y capaces de ofrecer servicios e interlocución eficaz. Lo otro, lo espontáneo e improvisado, puede quedar bien para hacer ruido, pero el problema es que no queda nada después de las tractoradas. ¿Adónde llama o acude ahora un agricultor para hacer su solicitud de la PAC, pedir asesoramiento para la declaración de la renta, o en busca de un técnico que le aconseje respecto a esa carta del ayuntamiento o de la conselleria..., o en quién confiar para que vaya a reclamar con firmes argumentos ante cualquier cargo público?