Urgente La Aemet a Emergencias, la mañana del día de la dana: «No vamos a marearos con más avisos, las precipitaciones se van al norte»

Entre multitud de agricultores predomina cierta predisposición al fatalismo, cunde el convencimiento de que todo irá a peor y nada tendrá remedio, como si hubiera una predeterminación que marque siempre derivas negativas.

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Que han robado en un pozo de riego o en algunas casetas de ... aperos y los afectados se dispone a reforzar puertas y ventanas para evitar nuevos sobresaltos... Enseguida surge alguien -por lo general buen compañero, bienintencionado, pero algo cenizo- que le suelta al primero que llega: «¿Para qué?, si quieren te entrarán igual» .

Hombre, no será igual tener una puerta endeble que otra más fuerte, una cerradura del montón que otra más sólida, o incluso con un buen candado de refuerzo. ¿Acaso dejará ese criticón su casa abierta por las noches? Como dice que da igual y que, si quieren, los malos acabarán entrando de todas formas.

Se dispone otro a vallar un campo, para proteger su cosecha, harto ya de que los 'espontáneos' le diezmen cada año la producción, y le ocurrirá pronto algo parecido: «¿Para qué quieres gastar tanto?, si no valdrá la pena, te robarán igual; y encima tendrás que pedir permiso, te ordenarán que te retires unos metros..., y que no lleguen los ladrones de hierro y te lo quiten todo en una noche».

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Agoreros a tope. Popes de la doctrina del fatalismo. Nada servirá, se haga lo que se haga, la fatalidad se impone. ¿Actúan así porque lo creen a pies juntillas o se les activan recónditos mecanismos del subconsciente?

Se le ocurre a alguien tal o cual estrategia para tratar de espantar a los animales que dañan sus cosechas y plantaciones y, antes de examinar si surte algún efecto, ya está algún vecino llamando la atención sobre esto o aquello: «No servirá de nada, los jabalíes entrarán de todas formas y te lo destrozarán todo; lo que tienes que hacer es llamar a los cazadores, y que les dejen cazar más, que no les dejan».

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Pero vamos a ver, antes que nada está la autoprotección. Si las autoridades no actúan como cabría esperar, o la realidad hace que sea muy difícil resolver el problema, lo de la caza será adecuado, remediará lo que remedie, pero no estará de sobra que unos y otros intenten protegerse algo más, ¿no? Pues no, el fatalismo por delante de todo. Reparto de críticas, pasividad general y fatalismo a gogó.

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