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Urgente Encuentran el cadáver de un bebé en una planta de tratamiento de basuras de Guadassuar

Si usted va de excursión por el campo o el monte, a pillar setas o a coger violetas, tiurulín-tirulán, y en ésas le viene ... un apretón de vejiga, como si es de cosas mayores, buscará sin mayor reparo un vericueto algo apartado de la visual ajena, lo más recatado posible, y remediará el apuro. Sin problemas. Pero eso, en el campo, viéndolo desde el plano profesional y productivo, no quieren que se haga así. Hay normas. Los trabajadores del campo, o usted mismo, si es el dueño del terreno y no va de puro paseo, como los que recolectan la cosecha y hasta el camionero que se la lleva, deberían disponer de un lavabo en orden donde poder aligerarse, llegado tal caso. Como lo lee. Hay normas. Normas pijas, si quiere, pero normas. ¿Se ven muchos lavabos o retretes en medio del campo? Ninguno. Pero sí que hay ya cierto trasiego de armatostes de plástico que sirven de wáters móviles, como los que se instalan en calles y plazas de la ciudad en fiestas, para facilitar que la muchedumbre pueda aliviar sus necesidades y evitar de paso que proliferen micciones y otras cosas entre coches y setos ajardinados.

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