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JUAN DIEGO ROCAMORA
Domingo, 13 de septiembre 2015, 00:48
Todas las personas tienen alguna afición y siempre sacan algún rato después de atender sus asuntos rutinarios para dedicarse, por ejemplo, a hacer deporte, leer, escribir, entre otros pasatiempos. Pero también los hay quienes dedican parte de su vida a exprimir al máximo alguna de sus pasiones y este es el caso del doctor en Filología Hispánica y director desde mayo del 2012 de la Fundación Cultural Miguel Hernández (FMH), Aitor Larrabide. El experto en el poeta oriolano ha realizado una cesión personal de 5.000 ejemplares a la Biblioteca Pública Fernando de Loaces, gestionada por la Conselleria de Cultura, por un periodo de 10 años prorrogables y en la que se encuentran libros y folletos de su colección particular, para que puedan ser consultados por cualquier investigador.
La cesión ha contado con el apoyo de la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, según un proyecto que presentaron hace dos años el director de la FMH y el director de la biblioteca, César Moreno Díaz, cuyos informes favorables se adjuntaron a dicha petición. Moreno explicó que de todos los libros lo que más le ha llamado la atención han sido las revistas facsímiles que van desde los años veinte hasta el noventa. Una colección tan importante que el director de la biblioteca se atrevió a decir que es «la más completa que he visto». Entre las revistas literarias españolas y extranjeras destacan 'España' (1915-1924), 'Hermes' (1917-1922), 'La Pluma' (1920-1923), 'Alfar' (1920-1927), 'Nos' (1920-1936), 'Revista de Occidente' (1923-1936) de José Ortega y Gasset, 'Cruz y Raya' (1933-1936), 'Espadaña' (1944-1951), entre otras como la de 'Granada', la primera que editó el poeta granadino Federico García Lorca.
Larrabide aseguró que la cesión es «totalmente gratuita» y que con este gesto agradece y devuelve el apoyo por parte de la biblioteca pública a su trabajo de tesis doctoral 'Miguel Hernández y la crítica', durante siete años (1991-1998), y la colaboración entre la institución y la entidad hernandiana.
César Moreno explicó el procedimiento que llevan a cabo para catalogar una cesión con tantos ejemplares. Los libros están en cajas y los sacan uno por uno, los distinguen con una pegatina y después se ponen en las estanterías con la referencia de CALA (Corodato Aitor Larrabide Achútegui). En la cubierta donde se colocan los datos y la información de catalogación también hay un grabado o 'ex libris' elegido por Larrabide. Se trata de un dibujo que refleja la silueta de un hombre acariciando un árbol con el trasfondo de un paisaje castellano. Esta imagen está sacada de un dibujo publicado en la revista 'Almena' en marzo de 1936, editada por alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid, revista que fue donada a Larrabide por uno de los redactores de la misma, el estudioso hernandiano y experto lorquiano Arturo del Hoyo, que tras su muerte en abril del 2004 donó parte de su biblioteca y archivo al director de la FMH.
El director de la Fernando de Loaces dijo que llevan de momento 3.576 libros catalogados y que ya son accesibles al público en internet a través de la Red de Bibliotecas de la Comunitat. Sin embargo los interesados en estas publicaciones las podrán usar solo para consulta e investigación. Moreno aseguró que la cesión de Aitor Larrabide es importante porque complementa el fondo hernandiano propio de la biblioteca. El director aseveró que la sección de la entidad dedicada a Miguel Hernández tiene cerca de ocho mil documentos, libros, tesis, tesinas y artículos y que con esta cesión se complementa lo que ya hay, porque no solo hay libros del poeta oriolano, sino que Larrabide ha cedido literatura de todos sus contemporáneos y también de estudiosos del poeta, junto a numerosos ejemplares de otros países como Italia, Francia, Alemania, China, entre otros.
También se encuentran entre los ejemplares la temática del arte y publicaciones menores que desde la biblioteca han tenido que reunir en siete cajas con 50 folletos cada una.
Larrabide también ha reunido entre todos los libros primeras ediciones, algunas dedicadas, de autores como Rafael Alberti, Dámaso Alonso, José Antonio Balbontín, Ramón de Basterra, Gabriel Celaya, Luis Cernuda, Gerardo Diego, Juan José Domerchina, Pedro Garfías o Jose Guillén, entre otros, así como traducciones en otras lenguas de poetas de la Generación del 27, como todas las obras de Jorge Guillén publicadas en Italia desde los años 50 y casi todos los estudios monográficos de revistas dedicados a los poetas del 27. También hay analogías editadas en América Latina.
Los ejemplares y documentos catalogados descansan ya en una zona reservada en la segunda planta de la biblioteca, en estanterías que tendrán que ampliar si se materializa otra cesión que Larrabide tiene pendiente. César Moreno se mostró agradecido por tener ahora en la biblioteca una obra de valor incalculable y que podrá ser disfrutada por todos aquellos investigadores que lo deseen. Tal y como apuntó el filólogo y experto en Miguel Hernández la cesión se prolonga durante diez años, aunque serán prorrogables otros diez más si las partes implicadas así lo acuerdan. Todos los ejemplares cedidos servirán, al igual que lo han hecho con Larrabide, para ampliar el bagaje cultural de las decenas de investigadores que acuden a la biblioteca, ubicada en el corazón urbano de la ciudad.
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