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El Museo de la Muralla, muro que atravesó Jaime I para llegar a Orihuela en diciembre de 1265. :: alberto aragón
El Año Nuevo de la Reconquista

El Año Nuevo de la Reconquista

El Rey Jaime I pasó la Navidad de hace 750 años en Orihuela. El monarca arrastró consigo a la mayoría de caballeros aragoneses que se unieron a los castellanos que llegaron a la ciudad con Alfonso X

Pilar M. Maciá

Sábado, 2 de enero 2016, 00:33

Setecientos cincuenta años atrás se gestó en Orihuela la que según algunos historiadores fue la verdadera reconquista cristiana de los territorios de la Al-Ándalus del Mediterráneo. Fue entonces cuando avisado por su yerno, Alfonso X El Sabio, ante sus dificultades para mantener a raya a los mudéjares de la zona, Jaime I avanzó con sus tropas hacia el sur del Reino de Valencia, ya en su poder, con la intención de aplacar la revuelta con cabecera en la capital murciana. El Conquistador permaneció durante varias semanas en Orihuela, ciudad a la que tuvo que entrar, necesariamente, por la única puerta de barcas existente para salvar el río y atravesar la muralla que hoy se expone como museo debajo del aulario de Las Salesas de la UMH. Llegó a la ciudad y en ella, junto a lo más granado de la caballería de los reinos de Castilla y Aragón, pasó las navidades antes de partir, en enero del año 1266, hacia Murcia.

Hace unos días que toda esta historia fue explicada en La Lonja por el profesor de la Universidad de Alicante Juan Antonio Barrio Barrio, especialista en Orihuela Medieval, durante una conferencia organizada por varias asociaciones de la comarca junto al Ayuntamiento. En ella, Barrio relató cómo se preparó el asalto a la vecina Murcia tras la sublevación mudéjar, y destacó el singular papel de Orihuela en ese momento puesto que una vez más era un territorio fronterizo entre los reinos de Murcia, Valencia y Aragón, al tiempo que instó a conmemorar esta efeméride que supuso la definitiva reconquista cristiana.

Los mudéjares eran musulmanes que vivían bajo el dominio cristiano, algo que se dio en esta zona desde que Alfonso X El Sabio, siendo aún Infante de Castilla, aceptó en nombre de su padre, el Rey Fernando III crear un protectorado a petición del responsable de la dinastía Hudita de la Taifa de Murcia ante las amenazas que recibía por todos los frentes.

Alfonso fue mandado por su padre a encargarse de Murcia, puesto que el rey andaba inmerso en la conquista de Andalucía, y se firmó el Tratado de Alcaraz en 1243. Durante unos años hubo paz, pero con la resistencia sobre todo de los nobles musulmanes. En este punto, Barrio Barrio habló de la controversia del papel de Orihuela en este sentido, puesto que hay historiadores que indican que en la ciudad hubo resistencia y otros aseguran que capituló en el Pacto de Alcaraz, aunque su nombre no se cita junto a otras que lo hicieron. El profesor de la UA recordó cómo cuando se complicaron las cosas, Alfonso X recurrió a Jaime I cuando tras la muerte de Ibn Hud los musulmanes murcianos iniciaron, con apoyo de Granada, la revuelta con alzamiento a principios de 1264 con triunfo musulmán ante la escasez de cristianos. «Orihuela resistió a los musulmanes con el control de la fortaleza», afirmó Barrio, quien recordó que la labor de esos nobles quedó recompensada en el Libro del Repartimiento.

Fue en diciembre de 1265 cuando Jaime I puso marcha hacia el sur, precedido por su hijo Pedro quien ya hizo alguna incursión por la zona. Estuvo una semana en la ciudad para organizar la conquista de Murcia, e incluso interceptó y derrotó un convoy que pretendía llevar víveres desde Granada a la capital murciana. El 2 de enero partió y un mes después, el 2 de febrero, se puso fin a la revuelta mudéjar con un papel defensivo importante de Orihuela y a partir de cuando se inició la colonización cristiana con la repoblación realizada por el rey del territorio con aragoneses y catalanes.

Juan Antonio Barrio incluso habló en la charla de la leyenda de la Armengola, de la que dijo que podría contextualizarse el 17 de julio de 1243 o en la revuelta de 1264-65, por ser fechas en las que Orihuela necesitó resistir a las embestidas mudéjares con una guarnición cristiana en el castillo, aunque recordó que esa historia apareció en el siglo XVI si bien a principios de la centuria anterior la ciudad ya celebraba la fiesta de la Santas Justa y Rufina con motivo del día en que la villa fue ocupada por los cristianos.

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