El Consell sancionará a quien vierta residuos cerca de la desembocadura

La desembocadura del Segura sufre un grave problema ambiental desde hace años. La pantalla flotante que recogía los residuos que llegaban desde diferentes azarbes se ha deteriorado y la basura se acumula en la cola del río. La situación comienza a ser un problema de salud según la Asociación de Amigos de Humedales del Sur de Alicante (Ahsa) y también para la imagen turística. Así, desde la dirección general del Agua de la Generalitat Valenciana se ha propuesto evitar estos vertidos mediante sanciones para quienes arrojen basura al río o en las acequias cercanas.

A solo 300 metros del cenagal de plásticos se encuentra el mejor camping del municipio que cuenta con cinco estrellas. El Consistorio retiró hace algo más de un mes todos los vertidos que se acumulaban en la zona, pero la basura se vuelve acumular. No obstante, la misma parte del Segura recoge más un millar de envases que proceden de los azarbes y canales procedentes de los bancales de Almoradí, San Fulgencio, Dolores y del propio Guardamar. Los responsables de cada uno de los juzgados de aguas de estos municipios vieron 'in situ' la gran cantidad de porquería flotante.

Por ello, el director general del Agua, Manuel Aldeguer, advirtió ayer que se mantendrá una reunión para determinar qué responsabilidad tiene cada sector afectado en esta acumulación de residuos. Para ello, la próxima semana se ha convocado una cita entre Ayuntamiento, regantes, la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) y el Consell donde se establecerán las medidas concretas a realizar. En principio el órgano confederado debe actuar porque tiene las competencias en este espacio natural de dominio público, si bien la Generalitat Valenciana debe controlar en los azarbes la salida de plásticos hacia la desembocadura y la administración local tendrá colocar contenedores donde pasan cientos de ciclistas y pescadores cada semana.

«Si esto va al mar crea un problema al litoral y también a la imagen turística del municipio», comentó Aldeguer, que también puntualizó que perjudica a los regantes de forma directa porque «eleva el nivel de los azarbes y esto daña a los cultivos».

El portavoz de Ahsa, Sergio Arroyo, exclamó que «esto empieza a ser un problema de salud pública porque los plásticos se derriten y llegan a colmatarse en el plancton del litoral». Este es el peligro de un masivo vertido de botellas que introduzcan en la cadena alimenticia de uno de los puertos más importantes de la provincia de Alicante. Por ello su labor se enfoca en concienciar a la sociedad de lo perjudicial que es arrojar basura al río.