Esta semana se celebra la Semana Santa en decenas de países. La tradición cristiana recuerda la muerte y resurrección de Jesús a través de actos y procesiones milenarias que además son similares en todo el mundo. En Valencia, las cofradías del barrio del Cabanyal se encargan de organizar los actos más significativos de la ciudad, pero en otras localidades de la Comunitat también se vive con fervor estas fechas.
Publicidad
Es el caso de Sagunto, cuya Semana Santa se ha posicionado como la celebración en la que más se vuelca el pueblo. Los 1.500 cofrades de la única cofradía han mantenido la tradición y las peculiaridades que la hacen única. No admite aún mujeres en sus filas y como curiosidad, llevan una indumentaria totalmente en negro, algo nada común en otras cofradías de España.
Las primeras Semanas Santas en la localidad se fechan a finales del siglo XV, concretamente en 1492. Durante el reinado de Fernando el Católico, se repobló la antigua Judería de la ciudad, abandonada por los hebreos anteriormente, fue cuando empezó a celebrarse. Empezó en una ermita que quedó, en el siglo XVII en ruinas, pasando a construir uno de los mayores tesoros eclesiásticos de Sagunto: la Ermita de la Sangre.
Actualmente, el pueblo se paraliza estas fechas, y desde el Domingo de Ramos, se vuelca en esta celebración. El día anterior, el pasado sábado 24, empieza con la Pasión Saguntina, una representación teatral que se recuperó en 2004 por iniciativa cívica, tras más de 100 años sin ejecutarse. Se trata de un montaje que recorre las calles de Sagunto en la que participa más de un centenar de personas entre actores, técnicos y montaje.
El lunes también se recuperó, desde hace unos años, la Procesión del Encuentro, en la que los cofrades se dividen en dos recorridos diferentes, uno con la imagen de la Virgen y otra con la de Jesús. Se encontrarán finalmente en una plaza abarrotada, en la que se dedican algunas canciones, silencios, aplausos y lágrimas.
Publicidad
El miércoles es el turno de la celebración más sentida: la Procesión del Silencio, en el que los cofrades (o capuchinos), con la cara destapada, pasean por las calles algunas imágenes con un silencio sepulcral en una hilera inmensa de cirios. La luz contrastando con el luto de los trajes.
El Viernes Santo, culminan las grandes procesiones con dos actos, la subida al calvario de algunas imágenes en la madrugada. Y ya por la tarde, la tradicional procesión del Viernes Santo en la que los cofrades, con la cara tapada, desfilan por toda la población regalando caramelos.
Publicidad
Las Mayoralías, o grupos de cofrades, esperan décadas para hacer su año. En Sagunto es tradicional que las familias apunten a sus hijos desde muy pequeños y se hagan ya las Mayoralías entre compañeros de preescolar.
Muchos mayorales cuentan con orgullo lo que les ha supuesto celebrar la Semana Santa. Lo describen como una experiencia única, que les une como grupo, pero también les responsabiliza, durante una semana, del fervor de un pueblo. Nunca sale mal, la gente se predispone para vivirla con respeto. En pocas cosas más se ponen de acuerdo tantos saguntinos.
Publicidad
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.