CLARA ALFONSO
Miércoles, 28 de septiembre 2022, 15:24
Es la primera vez en la historia de 'First Dates' que una mujer «felizmente casada» se sienta en una de las mesas de restaurante en busca del amor. Tras 24 años de matrimonio, Marisol y su marido quieren vivir nuevas experiencias y de momento, ella ya está buscando la suya: encontrar a un macho ibérico tipo Santiago Abascal.
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Marisol se presentó como una forofa de Alaska desde que la conociera en 'La bola de cristal'. Tras su llegada al restaurante, la comensal a dejado a Carlos Sobera sin palabras. El presentador del programa le preguntó «¿Cuánto tiempo llevas sola?», a lo que ella respondió «No estoy sola». Ella y su marido han decidido de mutuo acuerdo «pasárnoslo bien y vivir todo lo que no hemos vivido antes».
Javier, su cita, asegura que vive en España porque es un país de mentalidad abierta, «Todo lo contrario que en Estados Unidos». Siente atracción por ambos sexos: los hombres tipo Abascal, porque «no creo que sea de mente abierta, pero está buenorro»; de las mujeres espera que sean agradables, ya que «no tengo prototipo». Al saber que su cita buscaba otro vínculo porque ya tenía uno, le ha resultado muy interesante.
Al ver a Javier, la comensal quedó encantada. Antes de dejarles solos, Sobera quiso saber si a ella también le gustaba Santiago Abascal, a lo que ella respondió muerta de risa que sí: «Lo tenía puesto en la nevera. Es un macho alfa, es mi prototipo de hombre varonil».
El soltero quiso descubrir exactamente qué estaba buscando Marisol, pero más allá de que él no podría tener relaciones con su marido, no le dejó nada claro. Ella le explicó que son principiantes en el tema, por lo que no sabe lo que quiere ni cómo lo va a hacer. Javier trató de explicarle que no había hablado antes de su bisexualidad con una mujer, pero ella no dio demasiada importancia y le soltó un «haz lo que te haga feliz, si tenemos que estar pensando en lo que piensan los demás, a mí me están fusilando ahora mismo».
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En la decisión final, Marisol confesó que no era su tipo de hombre, que a ella le gustaban «más duros, más Santiago Abascal» y él le contestó que no tenía que justificarse porque los dos buscaban lo mismo y sabía que no estaban en el mismo punto de la vida.
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