Urgente El PP pide al juez que cite a Joan Ribó como imputado por la piscina ilegal de Alboraia
Fernando Tejero. LP

Fernando Tejero: «Hasta hace muy poco tiempo creía que no valía para nada»

Hablamos con él sobre su larga trayectoria, la importancia de la salud mental y la obra que presenta en el Teatro Olympia

Jueves, 30 de enero 2025

Fernando Tejero no puede ser más agradable. Al hablar con él no da la impresión de que tenga en su haber más de cincuenta películas ... rodadas e innumerables obras de teatro. Es una persona que se muestra cercana, humilde y muy interesante. El actor estará sobre las tablas del Teatro Olympia hasta el próximo 2 de febrero, junto a Ana Labordeta y Dani Muriel en 'Camino al zoo', la obra de Edward Albee que versionan Juan Carlos Rubio y Bernabé Rico.

Publicidad

-Con tanta carrera a sus espaldas, ¿le queda algo de síndrome del impostor?

-Toda mi vida he tenido la autoestima por el tobillo. Ahora la tengo por la rodilla, después de mucho trabajármelo en terapia. Cuando te hacen creer desde pequeño que eres un inútil, y esa idea te dura en la cabeza veinte años, te lo acabas creyendo. En la primera peli que hice, 'Los lunes al sol', recuerdo que oí «¡Acción!» el primer día de rodaje y casi me caigo al suelo. Tuve que mentir a Fernando León y decirle que no había desayunado. Hasta hace muy poco tiempo creía que no valía para nada.

-Pues ahora está trabajando con Amenábar...

-Fíjate dónde tengo la autoestima que cuando mi representante me dijo que Amenábar me quería para su peli, pensé que sería para hacer una o dos secuencias. Tardó un mes en mandarme el guion, no me hizo ni prueba y yo no sabía qué pensar. Luego, cuando me mandó el guion y vi que soy uno de los protagonistas..., y encima el único a quien no hicieron prueba. Estuve diez días dándole las gracias y él al final me dijo: Fer, no me des más las gracias, gracias a ti, hombre, que te he cogido porque eres un actorazo y le vas a dar a este personaje una humanidad que no veo en ningún otro actor de España.

-Está en el cine, las series, el teatro... ¿Dónde se siente más cómodo?

-Siempre quise ser actor por el teatro. Llevo tatuado a Lorca. Con catorce años me leía sus funciones. El teatro es como un fragmento de la vida, te olvidas durante dos horas de ti mismo, es único. Y el orgasmo es inmediato. El teatro es para valientes y, además, donde menos dinero se gana. Mi sueño es fundar una compañía.

Publicidad

-Conforme va madurando va saliendo del encasillamiento de actor de humor.

-Hubo un momento de mi vida en que sentía que muchas cosas que me ofrecían ya las había hecho. Sobre todo comedias, que me encantan, ¿eh? Y, de hecho, me parecen más difíciles que los dramas. Pero bueno. Hay algunas cosas de televisión que he hecho para luego poder hacer teatro. Afortunadamente, ahora me están llegando muchos papeles distintos. Con Mariano Barroso, Alberto Rodríguez, ahora Amenábar... Es cierto que he hecho más de cincuenta películas y la mayoría me conoce por dos personajes que han sido muy mediáticos, pero cada vez me pasa menos. Estoy muy feliz y agradecido con mi carrera, ¿eh? Ahora, en el teatro intento hacer cosas diferentes.

-'Camino al zoo' habla de la incomunicación de una pareja. Me gusta este tema porque, ahora que es cuando más comunicados estamos gracias a las redes, en realidad es cuando más nos ocultamos tras la superficialidad y la apariencia. ¿Estamos mejor o peor que antes?

Publicidad

-Creo que peor. Las redes tienen su parte buena, pero hacemos muy mal uso de ellas y acaban bloqueando la comunicación entre seres humanos. La gente, ahí dentro, vomita bilis. Yo me tuve que quitar Twitter después de un par de enfrentamientos. Tú puedes opinar que una peli o una serie no te gusta, estás en tu derecho. Pero no te metas en mi vida personal. Ahora jamás entraría al trapo. Me quité Twitter y me quité un tumor de encima. En alguna ocasión me insultaron: rojo de mierda, ojalá te mueras de sida, maricón... Son cosas muy fuertes. En las redes puedes soltar la mierda desde el anonimato. Y luego también hacen que te pongas una máscara de felicidad que es mentira y que lleva el 90% de la gente.

-Ha hablado mucho de su falta de autoestima, pero cualquier español podría hacer un listado larguísimo con muchas de sus virtudes. ¿Cuáles son?

-Tengo la virtud de ser buen amigo y buena persona. También me considero el más trabajador del mundo. Te puede gustar lo que hago o no, pero a profesionalidad no me gana nadie. Una de las razones por las que me levanto cada día es mi profesión. Bueno, y mis perras, mis amigos y mi familia; pero lo que más me empuja es mi profesión. Ahora he escrito un corto que quiero dirigir y quiero formar mi propia compañía de teatro.

Publicidad

-¿Y ese corto? ¿De qué va?

-De la relación compleja de un padre y un hijo. Es un poco autobiográfico. Está basado en algo que me pasó y sé que va a generar mucha polémica por el momento en el que estamos. Después de mucho tiempo, me apetece contarlo. Al principio lo iba a interpretar yo, pero al final creo que va a ser mejor que lo interpreten otros actores, porque eso que me ocurrió es un poco desagradable y prefiero tener la mirada de director. Ya tengo un actor que lo va a hacer seguro y, con el otro, estoy a la espera de respuesta.

-Es curioso, porque desde fuera parece un tipo superfeliz y sin problemas, pero es hablar un poco con usted y uno puede observar que es una persona mucho más compleja.

-Tuve una infancia y una adolescencia difíciles. Eso deja mella para toda la vida. Llevo muchos años yendo al psicólogo. A veces me digo: ¿y por qué no aprendí antes las cosas que ahora sé? Pues oye, igual si lo resuelvo con treinta años me hubiese aburrido luego. La vida te pone obstáculos y, si no te la tomas como un aprendizaje, no tiene sentido. Venimos para aprender cada día de nosotros mismos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad