El lector que navegue por esta noticia en formato podcast encontrará en su minutado final una hermosa melodía acompañando la voz de Málek Murad, el arquitecto que nos guía a través de la obra que dejó en la avenida Blasco Ibáñez de Valencia otro colega suyo de una generación anterior, Fernando Moreno Barberá. Son los sones de una pieza de Mozart muy apropiados para subrayar este relato: la partitura de su 'Juego de dados' se inspira en la belleza propia de las matemáticas para adentrarnos en un evocador universo donde triunfan el orden y la armonía. Dos elementos que también vertebran la obra arquitectónica del autor del edifico para Facultad de Derecho, ese sugerente edificio que nos saluda desde la esquina con la calle Doctor Rodríguez Fornos.
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Se trata de una de las muestras del estilo de aquel brillante arquitecto que podemos encontrar a nuestro paso en una caminata de apenas unos pasos. Los antiguos Laboratorios de Química, en la confluencia con la calle Jaime Roig, o la Facultad de Filosofía, en la misma acera que Derecho. O la de Agrónomos, situada enfrente, que acaba de perder uno de sus brazos: son ejemplos de una brillante sintaxis, la propia del movimiento moderno, que tal vez Valencia no valora como merece. Hasta que el paso del tiempo otorgue ese brillo tan particular a estos edificios, se arriesgan a pasar desapercibidos. Y es una pena que intenta mitigar este reportaje, alumbrado gracias al magisterio de Málek Murad: la ciudad dispone de una especie de museo de arquitectura al aire libre del que disfruta tal vez sin darse cuenta. Una sinfonía al buen gusto que se guía por esa suerte de pentagrama que dibujan numerosos edificios de Moreno Barberá.